EL ÉXITO DE UNA JOVEN CINEASTA FRANCESA

En busca de identidad

Céline Sciamma dirige 'Girlhood', aclamada película sobre una joven negra de la periferia de París que se une a una banda de chicas

Una mirada joven y femenina 8 Sciamma, en una imagen promocional.

Una mirada joven y femenina 8 Sciamma, en una imagen promocional.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Con sus tres primeras películas, la directora francesa Céline Sciamma (Pontoise, 1978) ha armado, casi sin querer, una perfecta trilogía de historias iniciáticas protagonizadas por jóvenes mujeres. 'Naissance des pieuvres' (2007), 'Tomboy' (2011) y la recién estrenada 'Girlhood' (no hay conexión con 'Boyhood') son retratos equilibrados y sensibles de personajes femeninos en busca de su identidad.

Sciamma no planeó tanta coherencia: «Empecé a hacer cine bastante joven», explica, «y no podía o no sabía hablar de otra cosa que no fueran los problemas de una chica joven. Pronto descubrí que filmar a gente mientras crece era una forma de crecer tú misma como directora; descubrir qué directora eres». También hay algunas cuestiones prácticas: no necesitas excesivo dinero porque son historias en las que la acción pasa, sobre todo, por dentro; y en las que no contar con caras conocidas es más una bendición que una maldición.

La heroína de 'Girlhood' está encarnada por una debutante, Karidja Touré, desbordante de verdad como la adolescente negra de los suburbios de París que encuentra refugio y peligro en una banda de chicas. Una heroína novelesca en un entorno contemporáneo: «Esta vez quería un paisaje así, más urbano, realista, reconocible, en el que pudiera añadir un trasfondo sociológico que estaba menos presente en mis dos primeras películas, más intemporales».

Sciamma añade raza y clase a su paleta temática, sin dejar de ser fiel a sus rasgos de estilo, como esos colores fuertes. ¿Podemos hablar de realismo estilizado? «Yo no veo mi cine tan estilizado -dice ella-, simplemente juego con la composición gráfica de los lugares donde filmo. No construyo nada, solo utilizo lo que tengo. Y trato de evitar el estilo de videoclip».

Eso sí, en Girlhood hay un gran momento musical en el que suena una canción completa: Diamonds, de Rihanna, cantada y bailada por las chicas de la banda. «Es una escena que se me ocurrió muy al principio, y una que quise rodar realmente. Para mí es un antes y un después dentro del filme: representa el principio de una amistad entre las chicas, así como entre el público y los personajes; después de esa escena, las amas».

Es la primera vez que Sciamma usa una canción ajena en una película. Toda la música (score y canciones) se la encarga al productor electrónico Jean-Baptiste de Laubier, alias 'Para One'. Con la banda sonora de 'Naissance des pieuvres', el músico techno reveló su cara contemplativa: «Yo la conocía pero el gran público, no. A él le dio miedo al principio, pero yo quería que hiciera una música en ese estilo más atmosférico. Tenemos un bonito diálogo. Ahora estoy escribiendo para su primer filme».

Paso al cine de terror

Cuando acabe ese guion y el que escribe para André Téchiné, Sciamma planea una película... de terror. «He empezado a soñar con ello. Sé que quiero pasarme a otro género, hacer algo relacionado con el miedo». Algo parecido a 'It follows', la sensación del pasado Festival de Sitges sobre adolescentes que huyen de una maldición que se extiende como una enfermedad venérea. «Al verla pensé que era una maravilla. Y que alguien había hecho mi película de terror soñada antes que yo. Veré».