MEMORIA HISTÓRICA

'Los últimos españoles de Mauthausen' lleva ya cinco ediciones

El libro del periodista Carlos Hernández reúne testimonios de los supervivientes de los campos nazis

ANNA ABELLA / BARCELONA

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9.328 españoles -hombres, mujeres y niños- estuvieron prisioneros en los campos de concentración nazis, 7.532 de ellos, en Mauthausen, pero también en Dachau, Buchenwald y Ravensbrük. Solo 3.809 sobrevivieron. Con el riguroso trabajo Los últimos españoles de Mauthausen Los últimos españoles de Mauthausen(Ediciones B), el periodista Carlos Hernández quiso «sacarles del olvido, darles voz y señalar a los culpables de su sufrimiento», entre ellos el régimen de Franco. Para ello reunió casi un centenar de testimonios de presos españoles, 18 de ellos entrevistados directamente, como Juan Romero, que aún sueña con la sonrisa de una niña judía mientras entraba en la cámara de gas. Este terrorífico fresco del día a día en los campos que a la vez investiga cómo y por qué fueron deportados lleva ya, en solo un mes en librerías, cinco ediciones y ha vendido 12.000 ejemplares.

El eco logrado por este necesario ejercicio de memoria histórica también resuena con fuerza en Twitter, donde el autor abrió la cuenta @deportado4443, a nombre de su ya fallecido tío Antonio Hernández, quien sobrevivió 52 meses en Mauthausen. «Al menos han matado a tres compañeros. No podían levantarse y les han reventado a golpes. Han obligado a otros presos a retirar sus cuerpos». «Da igual lo que hagas. Trabajes o no trabajes. Obedezcas o no obedezcas. Te matan porque sí. Es solo cuestión de tiempo que me toque a mí». Con tuits como estos, que dan cuenta del horror del Holocausto como si fuera en tiempo real, ya suma casi 37.000 seguidores.

Este 2015, en que se cumple el 70º aniversario de la liberación de los campos y 75 años, en agosto, de la llegada de los primeros españoles a Mauthausen, Hernández investiga en el libro cómo Franco sabía perfectamente qué les ocurría en los campos a los exiliados republicanos que fueron enviados allí con su consentimiento y cómo se desentendió de su suerte, y aporta documentos inéditos sobre su responsabilidad en la deportación y asesinato de más de 50.000 judíos de origen sefardí. Y denuncia, además, el olvido de la democracia: «Fueron considerados 'daños colaterales' de la transición».