Arte que llega de Basilea

El Prado y el Reina Sofía expondrán 180 obras del Kunstmuseum, de artistas como Picasso, Giacometti y Gauguin

'Judío en verde', de Marc Chagall, de 1914.

'Judío en verde', de Marc Chagall, de 1914.

ANNA ABELLA / BASILEA

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Que compres dos picassos y te acabes llevando otros cuatro de regalo no ocurre a menudo. La afortunada fue la ciudad suiza de Basilea, que este viernes celebraba la noche de los museos, y que en 1967 acordó algo insólito hasta entonces en la historia del arte: realizar un referendo popular para decidir si el consistorio adquiría dos óleos del pintor malagueño -Arlequín sentado (1923) y Los dos hermanos (1906)- que pertenecían a la colección Rudolf Staechelin, famoso coleccionista local, cuyo hijo y heredero pasaba por dificultades económicas. Tanto gustó a Picasso la idea de la votación pública que llamó al alcalde a su taller para que escogiera un lienzo como obsequio. Como este dudaba entre dos -Venus y Amor y La pareja (ambos de 1967), Jacqueline, última mujer del artista, le dijo: «Pues llévese los dos». De propina, también regaló a la ciudad Hombre, mujer y niño (1906) y un boceto de Las señoritas de Avignon.

Las cinco obras, junto a otras 175 de maestros como Kandinsky, Cézanne, Van Gogh, Monet, Giacometti, Munch, Rothko, Mondrian, Modigliani, Juan Gris, Paul Klee, Monet, Georges Braque, Andy Warhol, Chagall y Jawlensky, procedentes del Kunstmuseum de Basilea, viajarán a Madrid, donde podrán verse, muchas por primera vez en España, del 17 de marzo al 14 de septiembre, en sendas exposiciones, en el Museo del Prado (que exhibirá 10 picassos, entre ellos los citados) y en el Reina Sofía, que mostrará el grueso de este itinerario por el arte moderno y contemporáneo.

El acuerdo entre los tres centros llega motivado por el cierre del Kunstmuseum, inmerso en unas ambiciosas obras de reforma, que terminarán en abril del 2016. Mientras, las exposiciones de Madrid englobarán una parte importante de su colección permanente y de las dos grandes privadas que alberga, la Rudolf Staechelin y la Im Obersteg, que ofrecen una perspectiva de la pintura figurativa moderna desde finales del siglo XIX hasta 1940. Ambos eran empresarios y amigos que durante la primera guerra mundial empezaron a rivalizar en cuál de los dos lograba la mejor colección de arte para Basilea, considerada hoy la capital cultural de Suiza, con una cuarentena de museos.

'Arlequín sentado'

Puede que Staechelin decantara en parte la balanza con Arlequín sentado. Para este óleo, Picasso tomó como modelo a su amigo Jacinto Salvador, ataviado con un vestido prestado por Jean Cocteau, e, influenciado tras un viaje a Italia, le imprimió un perfil inspirado en la escultura clásica. Por él y por Los dos hermanos, los ciudadanos de Basilea aceptaron que su ayuntamiento pagara en su día la friolera de ocho millones de francos suizos (unos dos millones fueron recaudados gracias a fondos privados), un precio altísimo por una obra de un artista vivo.

Entre las 170 obras que recalarán en el Reina Sofía, cuya muestra llevará el título de Fuego blanco, en honor a uno de los lienzos de Barnett Newman, destacan cuatro picassosJardín de Daubigny (1890), una de las últimas pinturas de Van Gogh; cuatro de Marc Chagall (un autorretrato y tres retratos de 1914 de hebreos (Judío en verdeJudío en rojo y Judío en blanco y negro) y, el literalmente negro Nº1 (1964), de Mark Rothko.

Triste es la historia que relatan varios óleos del suizo Ferdinand Hodler, uno de los pintores mejor pagados de su época (a Staechelin le costaron más que un gauguin), que reflejó el proceso de decadencia física de su amante enferma, que culminó en La muerta (1915), cuya composición, horizontal sobre un lecho, trasladaría a Mont Blanc con nubes rosas (1918).

Entre las piezas que viajarán del Kunstmuseum (en cuyo recinto se expone solo el 5% de las 300.000 obras de sus fondos), figuran también dos pinturas que forman parte del arte que los nazis consideraron degenerado y que hicieron desaparecer de los museos alemanes, siendo subastados en Suiza en 1939: Niza en Frankfurt del Maine (1921), de Max Beckmann, e Interior con cinco figuras (1925), de Oskar Schlemmer.

Además de pinturas, el Reina Sofía mostrará fotografías, colages, vídeos y esculturas, donde la estrella será Giacometti, con varios de sus característicos bronces, entre los que sobresalen El gato y La pierna. También figurarán varios de los ingenios mecánicos del suizo Jean Tinguely, algunas de cuyas obras pueden saborearse en las calles de Basilea, donde goza de museo propio.