La escritura solitaria de Pla

'La vida plena' recoge las notas personales, hasta ahora inéditas, que el escritor redactaba cada día durante los años 1956, 1957 y 1964

Josep Pla, en el Mas Pla de Llofriu.

Josep Pla, en el Mas Pla de Llofriu.

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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En dos volúmenes de las obras completas de Josep PlaEl viatge s'acaba (1980) y Per acabar (1992), aparecieron publicados unos textos humildes, identificados como notes per a un diari: las breves anotaciones en las que el grafómano Pla resumía la actividad de cada jornada. Datados entre los años 1965 y 1968 eran poco más que apuntes, pero tuvieron su utilidad para los biógrafos del escritor: se reflejaban sus rutinas diarias, su vida social y la obsesiva persistencia de su relación, ahora ya desde la distancia, con la que fue su compañera entre 1940 y 1945, Aurora Perea. Pero quedaron inéditas al menos cuatro series de notas (correspondientes a los años 1936, 1956, 1957 y 1964), las tres últimas de las cuales llegarán a las librerías la próxima semana con el titulo de La vida lenta y editadas por Destino (en el original catalán y traducidas al castellano por Concha Cardeñoso).

Los desahogos contra el régimen de Franco que evidentemente no cabían en sus libros y artículos («tal dia com avui fa 25 anys que s'acabà la guerra: '25 años de paz' -és a dir, de misèria, de policia i d'indignitat»; «el fàstic físic que em fa Franco em deprimeix»; «Jo sé perfectament que anem al desastre, però no tinc ni la força ni la joventut per dir-ho i anar a la presó»), una rutina hecha de días metido en la cama y noches leyendo y escribiendo (a menudo también en el lecho), los viajes y las relaciones con sus editores, las reseñas de lo comido y bebido y los lamentos por los efectos devastadores del alcohol, la sombra de Aurora, los paseos con los amigos, el amargo estado de ánimo («depressió», «pesimisme»; «vida deplorable»; «obsessió d'emigrar»; «insomni bèstia»; «Res d'A. Desesperant»; «Obsessió d'A»; «Per l'horror que em fan els borratxos, em faig càrrec de l'horror que dec fer a la gent quan m'emborratxo»....) están tan presentes en los diarios desvelados ahora como en los publicados en su día en la obra completa.

Aurora, 'Quadern gris' y lengua

¿Novedades? Para empezar, la opción del editor del texto, Xavier Pla, de respetar la fidelidad a la lengua de Josep Pla, libre de las interferencias de los correctores de Destino (se respetan desde dialectalismos como la fred dibolir a castellanismos como el resto o despedir, o expresiones como cabronada). También, libres estos textos de la supervisión de Vergés, las referencias, a través de variados eufemismos, a la sexualidad solitaria del escritor, siempre con Aurora en la mente. «Penso en A. Erotisme»; «A. sempre al pensament. Sensualitat de baixa estofa»; «Onanisme»; «Insomni i pressió sensual llarguíssima»... La vida lenta no aporta nuevas informaciones sobre la relación entre Pla y Aurora. Sí confirma la intensidad de su obsesión y su dependencia de una correspondencia cuya publicación, si algún día los herederos de Pla la autorizan, quizá sí perfilaría este capítulo de su biografía.

También son destacables las referencias al proceso de escritura del Quadern Gris, que hubiesen agradecido en su día los estudiosos de Pla que llegaron a la conclusión, a partir de las incoherencias del texto, de la comparación con otras obras, de algunas referencias en su correspondencia y del tardío descubrimiento del cuaderno original, de que se trataba de una creación de madurez a partir de un dietario de 1918 y 1919 y de obras publicadas a lo largo de los años. En las notas de 1964 publicadas ahora queda claro que escribe, recopia y conjuga textos para la versión que se acabaría publicando en 1966.

Igual que el Quadern Gris fue una reelaboración, las notas son también la materia prima de numerosos artículos o libros. Tienen, escribe Xavier Pla, una función «de esqueleto, de taller de borradores», de recordatorio de detalles. En una de las notas, por ejemplo, anota tras despertarse en una pensión de Brindisi: «L'amo sembla pederasta». En el libro Cabotatge mediterrani parte de este recordatorio para enriquecer la descripción: «Em trobo amb el propietari darrere la recepció, un senyor d'una edat incerta, rossenc, amb un 'ramené' engomat i perfecte, d'ulls humits, nas dibuixat i prominent, amb una dentadura magnífica darrera una boca en forma de cul de gallina. Va vestit de pederasta actuant, i potser per això és un senyor amable i atent».

En El viatge s'acaba apareció con la firma de J. P. (aunque según Arcadi Espada y Cristina Badosa, el autor podría ser Josep Vergés) una introducción a las notas de 1967 y 1968, en que explica que se habían escrito con las primeras luces del día, antes de dormir, que podrían ser válidas para los ahora publicados. «Que el lector no hi busqui cap pensament sublim ni cap fet extraordinari. (...) La vida al mas no dóna per a més» (aunque en su diario de 1956 Pla escriba «Aquesta casa m'ha salvat la vida»). «Tot hi és directe, només insinuat, sense gruixos ni pensar en adjectius brillants. Gairebé vulgar», añade aquel prólogo .