EL ÚLTIMO TRABAJO DEL GURÚ DE LA ELECTRÓNICA

Brian Eno, en 3D

Brian Eno, junto a su instalación 'The ship', en la Fundació Tàpies durante la presentación de la muestra.

Brian Eno, junto a su instalación 'The ship', en la Fundació Tàpies durante la presentación de la muestra.

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Brian Eno está en Barcelona y presenta nueva creación. Pero no lo busquen ni en las salas de concierto ni en los auditorios de la ciudad. La nueva pieza del padre de la música ambient tiene forma de instalación artística y luce en la Fundació Tàpies, desde el 7 de noviembre hasta el 15 de febrero. Y es que el que fue miembro de Roxy Music y colaborador de Talking Heads, U2 y David Bowie, entre otros, dedica la mitad de su tiempo creativo a las instalaciones artísticas, el resto de su arte lo continúa poniendo en la música: «Hago ambas cosas a la vez», afirma. O quizá todo es lo mismo, ya que en las piezas de museo de Brian Eno lo visual y lo sonoro se funden.

The ship, así se llama la obra The ship,que ocupa la última planta de la fundación que lleva el nombre del pintor matérico, es una creación inédita que, a diferencia del resto de sus piezas artísticas, incluye su voz y muchas otras, una de ellas recitando en catalán. «Trata de juntar tres hilos diferentes de mi carrera: la creación de música pop, con canciones; la creación de música ambient, sin canciones, y las instalaciones», explica. Y tiene su origen en un trabajo similar realizado para Estocolmo hace unos meses: «Empecé a aburrirme de hacer siempre lo mismo y empecé a cantar sobre la pieza. De repente tuve la idea de que en lugar de hacer una instalación sonora con música ambient podía hacer una instalación con una canción concebida en tres dimensiones, una canción por la que fuera posible desplazarse por su interior desplegándola por diferentes puntos del espacio. Intento trasladar algo que normalmente tiene dos dimensiones, una grabación musical, a las tres dimensiones", apunta.

El resultado es un trabajo con aspecto de altar litúrgico en la que la imaginería religiosa ha sido sustituida por los altavoces: «Mucha de nuestra experiencia musical es a través de los altavoces, pero siempre actuamos como si fueran transparentes, como si no formaran parte de la música. Lo que intento hacer es poner el acento en que los altavoces son en realidad las voces por las que escuchamos», explica. «Altavoces y muerte» es el tema de The ship, afirma Eno, que añade: «Incluye dos asuntos que me interesan: la primera guerra mundial y el desastre del Titanic».

Escenografía religiosa

Que la escenografía tenga aires religiosos es algo que divierte a Eno: «Soy ateo y parece que diseñe iglesias, pero quizá los mejores diseñadores de iglesias somos los ateos», se justifica antes de aclarar que no quería diseñar un santuario pero sí «una experiencia que pusiera al espectador en un estado mental diferente al que habitualmente tiene». «Un lugar donde no se tenga que estar permanentemente en alerta. La mayor parte de mi edad adulta me la he pasado viviendo en ciudades, y lo que mas me gusta de ellas son los parques, las iglesias y los restaurantes tranquilos, busco restaurantes que no sean populares y poco ruidosos», desvela antes de acabar conscientemente con una provocadora frase: «¡Me he pasado la mayor parte de mi vida adulta intentando huir de la música!». 

Algo imposible de evitar en Interval. Accions sonores, la exposición, comisariada por Lluís Nacenta, que acoge la pieza de Brian Eno y de otra decena más de artistas, como Susan Philipsz y Hanne Darboven, que invitan a reflexionar sobre las formas de escucha propias de la sociedad contemporánea.