Misterio inmobiliario

En 'Herències col.laterals', de Lluís Llort, la longevidad de una anciana impide cerrar un buen negocio y dispara un impulso criminal

Lluís Llort, el pasado lunes en Barcelona.

Lluís Llort, el pasado lunes en Barcelona.

ERNEST ALÓS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El periodista Lluís Llort (Llort a secas cuando firma sus libros) descubrió que escribía novela negra cuando Sebastià Benassar lo incluyó en una antología de escritores del género en catalán. «¿Así que hago novela negra?», se preguntó. «Me propuse entonces hacer una novela negra de verdad, que fue Si quan et donen per mort un dia tornes, aunque se me desvió hacia un drama iniciático, y ahora lo he vuelto a intentar. Escribir novelas pam, pam, pam, que funcionen bien, sin forzar como hacía antes que fuesen novelas intelectuales». Su segundo intento es Herències col.laterals (La Magrana), de la que algunos han destacado algunos elementos (la escena inicial con una abuela misteriosamente longeva y una agresión de lo que parecen unos zombis a un falso inspector del gas) que podrían despistar al lector.

No, advierte, no estamos ante una novela con elementos fantásticos. «Eso viene de la frase de un colega que a la vista de los abuelos afectados por el alzheimer en una residencia me dijo 'antes muerto que walking dead'. Y durante un tiempo este fue el título», explica.

Matar a la abuelita

La historia de una abuela que firma una especie de hipoteca inversa con un abogado, negocio que acaba siendo ruinoso para él y acaba impulsando a sus hijos a desear la muerte de la anciana por lo civil o por lo criminal, la encontró en la prensa. Y la vistió con dos sagas familiares, una de nuevos ricos y otra de familia con fortuna de origen negrero y principal frente a la Pedrera.

«Prefiero -dice Lluís Llort- enfrentarme a la psicología de una persona normal que se puede ver enfrentada a la decisión de matar a alguien, que a lo fantástico, o a la novela negra clásica». Porque Herències colaterals lo es (negra) hasta cierto punto. «Considero que es novela negra en el sentido de que hay una intención criminal, aunque sea más psicológica. Y no empieza con un asesinato ni hay detectives. Yo, una novela protagonizada por un policía, sea del ramo que sea, no la haré. Se va hacia el gris oscuro».También he decidido huir de los ambientes de bajos fondos. En este caso tenía ganas de escribir una novela «sobre viejos, la pirámide invertida esta que hemos montado». Un problema: «Podría ser muy sórdida y preferí ponerle un poco de humor». Pero puesto en marcha el plan matar a la abuelita «esta parte se me iba hacia Les Teresines, y lo rebajé. Hay humor, y me gusta mezclar géneros, pero con cuidado, sin que chirríe».