tú y yo somos tres

La decepción de una cabra

FERRAN MONEGAL

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Flojo arranque el de la 'ratomaquia' de este año ('Gran hermano', T-5). Además del grupo de ratoncitos seleccionados han metido también en la jaula a una cabra, una gallina, un pulpo y un bogavante. La estrella es la cabra. Se llama Rubia y es de Pontevedra. Pocas horas después de entrar la hemos visto ensimismada. Como si estuviera sufriendo una depresión muy íntima.  Al principio parecía animada. Fue cuando Merceditas Milá anunció a bombo y platillo: «Por primera vez en la historia, la presentadora entra en la casa. ¡Y entra para quedarse!». ¡Ahh! La cabra quedó muy ilusionada ante este anuncio. Por fin Merceditas dejaría de ser cruel Flautista de Hamelín y pasaría a ser humilde ratoncita. Experimentaría en sus carnes la tortura. Sabría lo que es sufrir. Pero nuestro gozo en un pozo: solo ha aguantado ocho horas en la jaula. Entró por la noche, y a la mañana siguiente ya había desaparecido. Esta trampa ha decepcionado mucho a la cabra. No está acostumbrada a estos engaños. La verdad es que Merceditas no suelta el plató ni con agua caliente. Es la gran vedete del escenario. Y eso de encerrarse en la jaula hubiera obligado a buscar otra presentadora, que podría acabar haciéndolo mejor que la titular. ¡Ahh! Eso es peligrosísimo para la Milá. No entra en sus planes. Consumado este renuncio, el programa se dedica ahora a exprimir la situación existencial de la musulmana Shaima, muchacha que va con velo y a la que seguramente someterán a torturas psicológicas. Todo en bien del show. Pobre Shaima.

"GALLARDÓN MURIÓ"

Colosal arranque de Risto Mejide ('Viajando con Chester', Cuatro). La entrevista que le ha hecho a Joaquin Sabina ha sido de antología. Tanto el entrevistador como el entrevistado han estado magníficos. El 'momento Gallardón' ha sido un golpe de realismo vitriólico en estado puro. Risto introdujo el tema poniendo un vídeo de 'Las cerezas' (2005, TVE-1), cuando Julia Otero puso a Gallardón (entonces alcalde de Madrid) y a Sabina juntitos, y decía el cantautor: «Me siento bien con él. A los dos no nos quieren los del PP». Eran aquellos tiempos en que Gallardón era un verso suelto«Tuviste buen rollo con él ¿Qué ha pasado?», le preguntó Risto. Y Sabina contestó: «Gallardón murió. Aquel Gallardón no existe. Le hicieron ministro y se transformó. A este de ahora no le conozco». O sea, pongámosle q.e.p.d. y que lo lea Mariló Montero, que cree que un réquiem es  una firma.