LA GRAN CITA DEL CINE

San Sebastián abruma

'LA ISLA MÍNIMA'. De Alberto Rodríguez.

'LA ISLA MÍNIMA'. De Alberto Rodríguez.

OLGA PEREDA / MADRID

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El único festival de categoría A que tiene España, San Sebastián, levanta el telón con un presupuesto un poquito mayor que el año pasado (7,4 millones de euros) y la misma abrumadora programación cinéfila. Denzel Washington será la primera estrella en pisar la alfombra roja de un certamen que aúpa el cine internacional aunque, como ya viene siendo habitual en los tres últimos años, pone el acento en las películas made in Spain comiéndole descaradamente el terrero al festival de Málaga.

PREMIOS DONOSTIA

Con una sólida carrera de tres décadas en la que ha ganado dos veces el Oscar y recién dado de alta de una clínica de desintoxicación por sus excesos con el alcohol y la comida, Denzel Washington se convertirá en el primer actor afroamericano en recibir un premio Donostia. De paso, el estadounidense presentará su última película The equalizer (El protector), con la que aumenta su colección de héroes.

No será el único galardón del certamen. El otro premio Donostia de esta edición recaerá en las manos del intenso Benicio del Toro, que hace dos años pisó San Sebastián con Salvajes (Oliver Stone) y los periodistas todavía recuerdan con cierto horror lo poco locuaz que estuvo en las entrevistas, aunque quizá, simplemente, es que tuvo un mal día. Un tanto encasillado en papeles de villano latino, el puertorriqueño se pone en la piel del capo de la droga Pablo Escobar en Escobar: Paradise Lost, cinta que presentará en el festival. A pesar de promocionar ese título, el villano más joven en la historia de James Bond (Licencia para matar, 1989) no podrá evitar las preguntas sobre A perfect day, que ha rodado a las órdenes de Fernando León de Aranoa (Los lunes al sol).

OTRAS ESTRELLAS

El director de San Sebastián, José Luis Rebordinos, admite que el certamen llevaba mucho tiempo detrás de Denzel Washington. Está pletórico con la presencia del protagonista de Malcom X, pero Rebordinos puntualiza que no es, ni mucho menos, la única estrella que pisará la consabida alfombra roja. Jessica Chastain, una de las actrices más de moda en Hollywood tras haberse puesto a las órdenes de Terrence Malick en El árbol de la vida, y a las de Kathryn Bigelow en La noche más oscura, será otro de los reclamos. También Viggo Mortensen, que viajará con Jauja debajo del brazo, una película que se llevó el galardón de la crítica en la sección Una cierta mirada de Cannes.

Hija de dos mitos como Serge Gainsborg y Jane Birkin, la actriz francesa Charlotte Gainsbourg será otra estrella donostiarra. Estará acompañada por Omar Sy, cuyo papel en la taquillera Intocable -película que narra la historia de un tetrapléjico y su ciudador y que fue vista por 19 millones de espectadores en Francia y 2,5 en España- le ha convertido en una persona que apenas puede tomarse un café en París sin recibir el amoroso acoso del público. Gainsbourg y Sy presentarán, precisamente, la nueva cinta de los directores de Intocable (Eric Toledano y Olivierr Nakache): Samba.

El público de San Sebastián es muy cinéfilo, pero es poco probable que Chastain,  Mortensen, Gainsborg o Sy reciban los alaridos que, a buen seguro, se escucharán cuando Antonio Banderas (uno de los actores que más se deja la piel, tanto en el trato con la prensa como con el público) llegue al lujoso hotel María Cristina, el centro neurálgico de las estrellas en San Sebastián donde la habitación más sencilla ronda los 325 euros (sin desayuno). Recién divorciado de  Melanie Griffith, el malagueño presentará Automáta, en la que, para morbo añadido, comparte protagonismo con su ex. Otro grande del cine, Pedro Almodóvar, estará presente en la ciudad de los pintxos. Lo hará, como productor, de la mano de Relatos salvajes, todo un fenómeno en la taquilla argentina. En sus primeras dos semanas en cartel, ya superó la barrera del millón de espectadores. Su protagonista, Ricardo Darín (Una pistola en cada manoUn cuento chino), también se dejará ver por el María Cristina.

CINE ESPAÑOL

Parece sincero Alberto Rodríguez (Grupo 7) cuando dice que no se deprimirá si su nueva película (o quizá deberíamos decir peliculón), La isla mínima, no rasca premio alguno en la sección oficial. Es un thriller brutal y con nervio que sutilmente nos cuenta que la Transición no fue tan bonita como nos la dibujaron, pero hace dos años toda la prensa estaba convencida de que otro thriller local No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu) saldría por la puerta grande de San Sebastián. Y ocurrió lo contrario. Así que mejor no partir con excesivas expectativas.

Entre otras producciones, La isla mínima se verá las caras con Magical girl, llamada a ser la niña bonita de la mayoría (que no todos) los críticos. Se trata del nuevo trabajo de Carlos Vermut, que con su primera cinta, la independiente Diamond flash, patentó el término fonditecho. La palabra es suya y quiere decir tocar fondo y techo al mismo tiempo. Es decir, por un lado su reconocimiento como cineasta es enorme, pero, sin embargo, va siempre con la lengua fuera porque no termina de conectar con el público. Tanto La isla mínima como Magical girl competirán por la Concha de Oro con Loreak, la primera película rodada en euskera que opta al máximo galardón.

Mientras, Isaki Lacuesta, que se llevó una controvertida Concha de Oro con Los pasos dobles, vuelve ahora a San Sebastián, pero con la tranquilidad que da no competir por ningún premio. El cineasta catalán hará reír al público con Murieron por encima de sus posibilidades, una brutal y esperpéntica crítica a políticos, banqueros y sociedad civil. Ningún miembro del equipo (ni el técnico ni el artístico) ha cobrado por trabajar en la película a la espera de futuros beneficios de taquilla. El filme, desde luego, merece ser visto por el público. Y mucho.

ETA

Si el año pasado Asier eta biok (Asier y yo) -donde el actor Aitor Merino, que siempre ha rechazado la violencia de ETA, contaba su relación de amistad desde la niñez con un miembro de la banda- revolucionó el festival, este año le toca el turno a Lasa y Zabala, en la que el donostiarra Pablo Malo recrea con tono de thriller el secuestro, tortura y asesinato de los dos presuntos etarras.

Después de escribir el guion de Ocho apellidos vascos, el también donostiarra Borja Cobeaga se pone ahora tras la cámara en Negociador, una comedia, sí, pero de humor gélido y triste que narra las conversaciones entre el socialista Jesús Eguiguren y los miembros de ETA Thierry y Josu Ternera.

CINE INTERNACIONAL

Cineasta mimado por los festivales internacionales (con su primer largo, Sitcom, ya estuvo presente en Cannes), François Ozon viene por cuarta vez al festival de San Sebastián con Una nueva novia. El francés tratará de repetir el éxito que tuvo en el 2012, cuando venció a la Blancanieves de Pablo Berger y se embolsó la Concha de Oro con En la casa.

De la mano de A second chance, un drama sobre gente normal enfrentada a circunstacias increíbles, también aspirará al máximo premio la realizadora danesa Susanne Bier, que en el 2011 se llevó un Oscar al mejor filme de habla no inglesa por la emocionate En un mundo mejor.

La entrega, última película del inmenso James Gandolfini;  Phoenix, del alemán Christian Petzold (Bárbara); Haemoo, del coreano Shim Sung-Bo; y Aire libre, de la argentina Anahí Berneri, también se pelearán por el máximo galardón.