CINE

Jane Fonda: "Envejecer no me aterra"

La estrella presenta en el Festival de Cine de Toronto la comedia coral 'This is where I leave you', que reivindica la edad como una "bendición", y asegura que se prodiga poco porque "Hollywood odia a los viejos"

Glamur eterno 8 Jane Fonda, en Toronto, tras la presentación de 'This is where I leave you'.

Glamur eterno 8 Jane Fonda, en Toronto, tras la presentación de 'This is where I leave you'.

NANDO SALVÁ / TORONTO

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«Soy vieja, y Hollywood odia a los viejos», asegura Jane Fonda al ser preguntada acerca de por qué se prodiga tan poco en el cine últimamente. Pero para ella la edad, aclara, no es una carga sino una «bendición». «La idea de envejecer aterra a la gente, pero a mí no. Lo cierto es que a partir de los 50 somos más felices: hay menos estrés y menos ansiedad porque hemos pasado por muchas dificultades y nada de eso nos ha matado, así que no nos tomamos las cosas tan a pecho».

La actriz se encuentra estos días en el Festival de Toronto, donde ha presentado su nueva película, 'This is where I leave you'comedia coral sobre una extensa prole cuyos miembros se reúnen en el hogar familiar para honrar la memoria del patriarca, recién fallecido tras perder la batalla contra una enfermedad terminal no especificada. En la película, Fonda comparte escenas con grandes nombres de la comedia americana actual, como Tina Fey, Jason Bateman o Adam Driver ('Girls').

Con el tiempo, las reuniones familiares se han convertido para la comedia americana en algo así como un arquetipo. Como mandan los cánones del género, cada uno de los personajes de 'This is where I leave' you tiene su propia disfunción emocional. En concreto Fonda da vida a la matriarca, Hilary, una exitosa psicóloga infantil que no dudó en incluir los detalles más íntimos de las vidas de sus hijos en un libro que resultó ser un 'best-seller'.

«La familia es un invento muy complicado», opina la actriz, que no tiene una visión particularmente romántica de la sagrada institución. «Yo provengo de una larga genealogía de gente depresiva», añade. La actriz tenía solo 12 años cuando su madre se suicidó, y a la largo de su vida tuvo una relación famosamente problemática con su padre, el actor Henry Fonda. «Estoy segura de que una dosis generosa de antidepresivos habría tenido un efecto de lo más positivo en la familia».

 Mientras trata de funcionar a la vez como retrato realista de dinámicas grupales y como colección de momentos de 'slapstick' no especialmente sofisticados, 'This is where I leave you' se revela como un entretenimiento amable pero insustancial que, coincidencia o no, alcanza algunos de sus momentos más inspirados cuando Fonda está en pantalla. En una escena, Hilary es criticada por su hijo por su falta de reparo a la hora de enseñar el escote. «No sé de qué te alarmas, mamaste de ellas», contesta ella. «No, de esas no. Esas son biónicas», replica él.

La propia actriz nunca ha tratado de ocultar su paso por el quirófano. «Le dije al cirujano que no me quitara las arrugas. No quería parecer una momia». En todo caso, su secreto de belleza es otro. «Buenos genes y mucho dinero». En otra escena, uno de los momentos álgidos de la película, Hilary revela su homosexualidad a la familia dándose un beso de tornillo con su amante enfrente de ellos. «Me encantó rodarla. La estuvimos ensayando sin parar durante dos semanas», bromea. «Con lengua y todo».

A sus 76 años, Fonda sigue considerando el sexo una parte importante de su vida. «Pero eso es porque tengo novio», matiza. La actriz mantiene una relación con el productor musical Richard Perry desde el 2009. «Pero entiendo que a mi edad muchas mujeres sientan alivio al dar por finiquitado ese aspecto de su vida. La vida tiene muchos alicientes además del sexo, especialmente porque para los viejos el sexo es difícil. Además, el órgano sexual más potente es el cerebro».

Mito erótico

 Antes de convertirse en una de las actrices más importantes del cine americano en los años 70, Fonda se reveló como un 'sex symbol' a finales de la década anterior gracias a 'Barbarella', dirigida por su entonces marido Roger Vadim. «No me identifico con la persona que era cuando rodé esa película», explica. «Aunque ni siquiera entonces me consideraba una mujer sexi. Ahora bien, muchos hombres tuvieron sus primeras fantasías sexuales viéndome en la piel de Barbarella, y eso es algo de lo que me siento muy orgullosa».

 La actriz volvería a reivindicar su papel de mito erótico a principios de los 80 cuando, en plena efervescencia del VHS, se convirtió en gurú del 'fitness' y aerobic. «Cuando miro esos vídeos me siento avergonzada», reconoce, aunque en todo caso no se arrepiente de ellos. No se arrepiente de nada. «Siempre digo lo mismo: me gusta cometer errores porque son lo que nos permite seguir aprendiendo. Uno no aprende de sus éxitos, ni de los premios que recibe, ni de los privilegios que la celebridad otorga. Solo aprendemos de las heridas y las cicatrices que los fracasos nos dejan».