galardón Emérita Augusta de Teatro

Concha Velasco emociona en Mérida

Concha Velasco recibe un premio Ceres de manos de Juan Echanove.

Concha Velasco recibe un premio Ceres de manos de Juan Echanove. / GF

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / Mérida

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Emoción a raudales en la gala de la tercera edición de los Premios Ceres de Teatro. La presencia de Concha Velasco, en la que fue su primera reaparición pública sobre un escenario tras superar una grave intervención a causa de un linfoma, elevó la temperatura de la gala. La actriz recibió, de manos de Juan Echanove, el premio de honor Emérita Augusta por su brillante trayectoria profesional y los 3.000 espectadores que llenaban las gradas del Teatro Romano se pusieron de pie como movidos por un resorte para tributarle una ovación que se prolongó durante varios minutos que la actriz tuvo que detener para pronunciar una sentida alocución.

Con voz firme y hasta cierto punto alegre, propia de quien ha superado una difícil situación –una más de las muchas de su vida--, la popular intérprete centró la atención de una espectacular gala que tuvo entre sus principales protagonistas a los catalanes Lluís Homar (mejor actor por 'Terra de ningú'), Jordi Galcerán (mejor autor por 'El crèdit'/ 'El crédito') y Max Glaenzel (mejor escenógrafo por varios montajes). El galardón al espectáculo del año se lo llevó 'El misántropo', dirigido por Miguel del Arco. Magüi Mira mereció el galardón a la mejor dirección por 'Khatie y el hipopótamo'  y 'En el estanque dorado' y Kiti Manver se impuso como mejor actriz por 'Las heridas del viento', dentro de una amplia relación de premios decididos por un jurado presidido por la actriz Verónica Forqué.

Este año se celebra el 60º aniversario del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que ha recibido un decidido impulso hacia su consolidación bajo la dirección de Jesús Cimarro y con el apoyo del gobierno extremeño que preside José Antonio Monago, elogiado durante la velada por su defensa de la bajada del IVA cultural y por su apoyo al certamen. La gala conmemoró también el bimilenario de la muerte del emperador Augusto, fundador de Mérida, y el presentador Carlos Sobera encarnó brillantemente este rol dentro de un montaje en el que aparecieron como invitados gran parte de los dioses recreados por Marc Clotet, Gorka Otxoa, Natalia Sánchez, María Adánez, Fernando Ramos, Mónica López, Ernesto Alterio, Unax Ugalde, Pastora Vega, Carmen Machi, Juan Echanove, Hugo Silva y Paco Tous.

Efectos visuales como el 'mapping' sobre las columnas del teatro, lanzas de fuego y oportunos efectos especiales, así como un audiovisual sobre la historia de la muestra destacaron dentro de la puesta en escena de Manuel Palacios. La cita contó además con la actuación de unos ovacionados Miguel Póveda y Ana Belén, que al final unieron sus voces. La ceremonia discurrió con agilidad y sin la carga crítica de anteriores ediciones, aunque no faltaron las alusiones a las dificultades para levantar proyectos y al injusto IVA cultural, especialmente por parte de Andrea d'Odorico galardonado por su trayectoria empresarial.

Lluís Homar afirmó haber derramado alguna lágrima al recibir la noticia de su designación como mejor actor. "Nunca había interpretado un personaje de Pinter y, al principio, el mío de 'Terra de ningú' me parecía críptico y no lo entendía, pero cuando con la ayuda de Xavier Albertí consiguí meterme en él, me dejó marcado de por vida". El intérprete prepara ahora una versión de 'Terra baixa', que presentará en Temporada Alta y en el Borràs. Encarnará cuatro personajes a la vez, entre masculinos y femeninos, "en un ejercicio que no tiene que ver con el fregolismo y sí con la inmersión profunda del universo de la obra de Guimerà".

Jordi Galceran se mostró satisfecho de que se premiara una obra de comedia y Max Glaenzel estaba impresionado con las posibilidades del Teatro Romano, en el que espera algún día desplegar alguna de sus escenografías, como es el caso de 'La rosa tatuada' 'Viaje a ninguna parte' o 'Els días feliços' por las que ha sido premiado este año. Hoy viaja a Dusseldorf para trabajar junto a Àlex Rigola en un montaje de 'El sueño de una noche de verano' de Shakespeare.

Como ya queda dicho, el momento de más intensidad de la noche fue el de la entrega del galardón a Concha Velasco. La actriz tuvo que recurrir a su oficio para contener la emoción que le provocó el aplauso tan lleno de cariño y admiración de un público entregado, que era consciente de la dramática situación que había superado a causa de su grave enfermedad. Tuvo que hacer un gesto con la mano para frenar tanto entusiasmo. "¡Que tenemos solo un minuto para hablar", dijo. Y empezó agradeciendo a Cimarro la oportunidad que le había dado de participar, el año pasado, por primera vez en el festival con una inolvidable 'Hécuba'.

"En mi vida no he querido otras cosa que ser actriz y hacer 'Hécuba fue un sueño aunque luego viniera la gran pesadilla", añadió aludiendo a un doloroso proceso con cuatro intervenciones quirúrgicas: peritonitis, hernia, vesícula y el descubierto linfoma. Con la ilusión recobrada, destacó que ya trabaja para el estreno de 'Olivia y Eugenio', de Herbert Morate, dirigida por José Carlos Plaza. "Lo que más me emociona del galardón recibido es que mis predecesores sean Héctor Alterio y Núria Esper. Espero que pueda seguir haciendo méritos para defenderlo los años que me queden, porque he estado a punto de palmarla", afirmó con su habitual franqueza esta incombustible leyenda de la escena.