CRÓNICA

Velada con fragancia funky

Kool & The Gang desplegó su artillería de 'hits' en el Festival de Pedralbes

El vocalista Shawn McQuiller, durante el concierto de Kool & The Gang, el jueves en Pedralbes.

El vocalista Shawn McQuiller, durante el concierto de Kool & The Gang, el jueves en Pedralbes.

JULIÁN GARCÍA
BARCELONA

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Cuatro años después de su última visita a Barcelona, Kool & The Gang volvió a desplegar, la noche del jueves en el Festival Jardins de Pedralbes, su infalible artillería de grandes éxitos de funk ligero y perfumado. Una noche, en fin, ideal para el desmelene -controlado, por supuesto- del público adulto (elegante, cincuentón, sofisticado) que transformó el entorno del Palau Reial en una pista de baile. Sonido añejo con aroma a discoteca y coctelería refinada, a Radio 80 Serie Oro, levemente fosilizado, pero de incuestionable pegada festiva. Es lo que tiene poder juntar en menos de hora y media superéxitos del calibre de Fresh, Joanna, Get down on it y Celebration. Pura fragancia funky.

Aun así, la banda de Nueva Jersey (formada por 10 músicos capitaneados por tres históricos, entre ellos el carismático bajista Robert Kool Bell) hubo de picar piedra para levantar a la audiencia de sus asientos, gesto euforizante que no se produjo hasta el minuto 55 de partido, justo en el momento en que atacaron el clásico Let's go dancin' (Ooh, la, la, la). Hasta ese momento, daba la impresión de que el público lo disfrutaba para sus adentros, pues su gesto más transgresor (pese a las continuas invocaciones retóricas del grupo tipo «say yeah, Barcelona» y sus flirteos con las «ladies» para animarlas a bailar) había sido agitar los brazos acompasadamente de un lado a otro sin moverse de la silla. Quizá fuera cosa de la edad, los buenos modales o, simplemente, que hubo demasiadas dilataciones instrumentales a base de solos virtuosos en el eje central del concierto, formado por las robustas Funky stuff, Jungle boogie (rescatada en su día por Tarantino en Pulp fiction) y Hollywood swingin'.

En cualquier caso, la recta final acabó siendo un bombazo que hizo saltar por los aires la flema ambiental. A la citada Let's go dancin' (Ooh, la, la, la) siguieron una santísima trinidad funk de impecable ejecución, Ladies' night,  Get down on it y una Celebration en la que el público, exultante ya, coreó hasta la afonía cada uno de sus electrizantes «ya-hoo!».