CRÓNICA

Raphael, en formato XL

El cantante de Linares ofreció un arrollador recital en el Festival de Pedralbes

Raphael, en el recital de Pedralbes, ayer.

Raphael, en el recital de Pedralbes, ayer.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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No hay recitales a medio gas de Raphael, ni noches de trámite, ni trucos para rebajar la tensión. Raphael es superlativo o no es Raphael. Así que, anoche, en el Festival Jardins de Pedralbes, salió a escena con todo su fuelle y su convicción narcisa, viviendo el concierto, desde su primera canción, Si ha de ser así, como si fuera, todo él, un largo e intenso bis.

Primera constatación: el de Linares actuó en condiciones vocales mucho mejores que el pasado octubre en el Liceu. Chorro de voz exhibido sin contención desde el minuto uno con Si ha de ser así, que marcó su entrada en escena con modos imperiales, inquieto, extendiendo los brazos como queriendo abrazar a toda la audiencia. Comiéndose la escena y el recinto completo con unas maneras que, en contraste con el apocado recital de Carla Bruni de la noche anterior, fueron un desfile militar. Lástima que la   banda perdió los dos metales que en el Liceu aportaron vigor negro al repertorio. Arropado por cinco músicos, el de ayer fue un Raphael más canónico, si bien el guitarrista se permitió toques rockeros en piezas como Mi gran noche, guateque yeyé filowagneriano vía Adamo (como La noche), y La canción del trabajo.

Raphael, 70 años, impuso toda su autoridad a un repertorio que recaló en estrofas poderosas como las de Provocación, Se fue y Los amantes, con sus guiños descarados a Delilah, de Tom Jones. Recital bien calculado en el reparto de tempos, torrencial pero con variedad de inflexiones y sin minutos muertos. Raphael puede atropellar, aturdir a quien espere de la música otros registros, pero el de anoche fue de los conciertos que pueden hacer tambalear a los escépticos. Repertorio de modos gestuales completo, señalando al público con el índice para reforzar estrofas, poniéndose de perfil con coquetería, jugando con la chaqueta.

Honores para Manuel Alejandro: «es el autor del 89% de mis canciones; más que escritor de canciones, es mi biógrafo oficial», proclamó antes de abordar Eso que llaman amor. Cita folkie a Gracias a la vida, de Violeta Parra, la eurovisiva Hablemos del amor, una arrebatada No puedo arrancarte de mí... Un Raphael total.

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