Doble cita musical en la temporada de festivales de Barcelona

Carla Bruni: "Si vienen a verme por curiosidad ya me está bien"

Carla Bruni, en una imagen promocional de su último trabajo.

Carla Bruni, en una imagen promocional de su último trabajo.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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La autora de Quelqu'un m'a dit, el disco que la puso en el mapa de la música y la neochanson en el 2003, debuta hoy en Barcelona, en el marco del Festival Jardins de Pedralbes (22.00 horas; antes, a las 20.30 horas, actuará Maria Rodés en el pequeño escenario Village). Bruni, exprimera dama francesa, atiende cordialmente a este diario por teléfono, previa petición al periodista de que la conversación se ciña a materias musicales.

-No es una artista que haya dado muchos conciertos por el mundo. ¿Cómo se siente en el escenario?

-En realidad, esta es mi primera gira. Sí, tengo 46 años y es mi primer tour, ¿puede creerlo? (ríe) Es así por diversas razones, pero, en fin, este año he hecho una gira bastante completa y sigo viva después de todo. La termino en Barcelona, lo cual me gusta mucho, porque es una ciudad en la que estuve hace 20 años y guardo un gran recuerdo. Esta gira ha sido un descubrimiento para mí.

-¿Qué es lo que ha descubierto?

-Que la música es un lenguaje que va más allá de las palabras.

-¿Qué música española le interesa?

-Sobre todo las canciones tradicionales, populares. Me gustaría conocer más la música moderna. Tengo mucha curiosidad por saber qué mueve a la juventud en España. Quiero descubrir cosas. ¿Qué me aconseja?

-Hum, ¡hay tantas cosas!

-Me gusta el pop, el folk... Básicamente me gusta cualquier tipo de música. Evito la música más complicada, me gustan las cosas simples.

-Bien, nació en Turín, creció en Francia y luego, como modelo, viajó por todo el mundo. ¿Se siente más global que vinculada a un lugar?

 

-Soy una mezcla, sí. Entre 20 y los 30 años estuve en Gran Bretaña, en Estados Unidos... Pero mucha gente de mi generación es así, ¿no cree? Hemos vivido entre muchas culturas.

-Entre sus referentes musicales suele mencionar a muchas mujeres: Mina, Ellis Regina, Françoise Hardy, Marianne Faithfull... 

-También muchos hombres, como Leonard Cohen, Bob Dylan, The Clash... Aunque, sí, me gustan las voces de mujeres; son hermosas. Especialmente las de mujeres mayores.

-En esta gira incluye una canción de Barbara, Si la photo est bonne.

 

-Sí. Primero, porque me gustan todas las canciones de Barbara. Y luego, porque no es una canción muy famosa, y me divierte cantarla.

-¿Cree que conserva una influencia de la canción italiana?

 

-¡Claro! Lucio Battisti, Fabrizio de Andrè, Lucio Dalla, Gino Paolli, Ornella Vanoni... Y muchísimos más.

-¿Es importante conocer mucha música antes de componer tu primera canción?

-No lo sé. Imagino que depende de cada uno. Para mí es importante escuchar música todo el tiempo. La vida, sin música, sería un error.

 

-Me llamó la atención su versión de Absolute beginners, de Bowie. 

-Oh, me encanta, la escuché mucho cuando era muy joven. Es sencilla y romántica. Pero me gusta todo de Bowie: Five years, Changes, Young Americans... «Ground control to Major Tom...» (canta). Y Modern love, ¿la conoce? «I'm standing in the wind, but I try, I try...» (vuelve a cantar).

-En su ultimo disco, Little French songs, hay una canción titulada Chez Keith et Anitaen alusión a Keith Richard y Anita Pallenberg. ¿Le atrae la mitología del rock?

-Sí, se me ocurrió viendo un libro del fotógrafo Dominique Tarlé, que estuvo en la casa del sur de Francia donde, en 1971, los Stones grabaron Exile on main street. Las fotos eran bonitas y divertidas; era un lugar encantador, romántico, con buen tiempo, ante el Mediterráneo. Reflejaban un estado envidiable; he soñado estar ahí, en 1971, en aquel lugar, y no en la actualidad, en esa época tan oscura que vivimos. En los 70 había libertad; ahora hay crisis económica y poca diversión. Siento cierta nostalgia por aquella época.

-Era una niña en aquella época. ¿No la idealiza?

 

-Es posible. Es fácil que el pasado tenga un aspecto bonito, pero sigo pensando que había más libertad. En Francia, a los años 50, 60 y 70 les llaman les trente glorieuses, los 30 años gloriosos. La gente joven estaba en eclosión, y ahora está asustada. Yo tenía 20 años en los 80, y no estaba mal, pero ya no era tan fantástico.

-Su música suena íntima, sofisticada... ¿Le gusta pensar que tiene un lado transgresor, rock'n'roll?

-Soy bastante transgresora en los textos, aunque la gente no se dé cuenta. Y me gusta escuchar rock, pero al componer me salen canciones folk, ¡no sé por qué! Es lo que sale de mi guitarra. Tampoco sé si soy suficientemente joven para tocar rock'n'roll ahora. Empecé haciendo canciones suaves; ¡quizá debería terminar tocando heavy metal! (ríe)

-Ya tiene cuatro discos. ¿Nota que aún deba luchar para que la tomen en serio, para combatir prejuicios?

 

-No, tengo la impresión de luchar contra nada ahora mismo. Si la gente viene a verme por curiosidad ya me está bien, no me importa, estoy encantada de que venga. La gente no es retorcida. Los medios sí que pueden serlo. Es cierto que al principio tuve que combatir algunos prejuicios por el hecho de ser modelo, y luego por mi matrimonio, pero eso ya no es importante. Lo que importa es transmitir una emoción a quien viene a verte. Y ese es mi trabajo.