UN ESCRITOR latinoamericano POR DESCUBRIR

¿Quién es Eduardo Halfon?

Asteroide se abre con el autor guatemalteco a la ficción actual en castellano

El escritor Eduardo Halfon, ayer en la librería La Central de Mallorca.

El escritor Eduardo Halfon, ayer en la librería La Central de Mallorca.

ELENA HEVIA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971), un autor que formó parte de la lista de los 39 escritores jóvenes latinoamericanos del Hay Festival y fue finalista del Premio Herralde, se cree en la obligación de presentarse a sí mismo. Explica como huyó con su familia a Estados Unidos a principios de los 80, como prácticamente perdió el español y la forma iluminadora en que lo recuperó cuando a los 28 años se convirtió en lector compulsivo y acto seguido en escritor, abandonando por el camino la profesión de ingeniero. «Aunque sigo siendo ingeniero en la construcción de mis novelas». La última, muy breve como todas las suyas, «aunque más extensa por su profundidad», es Monasterio, con la que el sello Libros del Asteroide, hasta ahora volcada a los clásicos modernos, ha iniciado una nueva andadura en la que incluirá dos o tres títulos de autores contemporáneos en lengua castellana al año.

Lo de presentarse es básico para conocer su literatura porque Halfon no ha dejado de aparecer como narrador y personaje más o menos reelaborado por la ficción en casi todos sus libros utilizando su propia biografía. Además el gran tema de Monasterio es la propia identidad concebida como construcción o disfraz. En el relato, Halfon, de origen judío, acude con su hermano a Tel Aviv para asistir a la boda de la hermana que, contra todo pronóstico, se ha convertido en una ultraortodoxa de esas que no permiten que ningún hombre las bese, utiliza dos vajillas y no se sube a un coche o tira de la cadena del váter en sabbat. «Yo, por suerte, como jamón», bromea el escritor interesado por la literatura, la historia y la cultura judaica pero no por la religión. De ahí que, el narrador se defina como «judío a veces» y se interrogue sobre las personalidades, a menudo opuestas, que condensa -«Tres de mis abuelos eran judíos pero provenían de países muy árabes como el Líbano o Egipto. Lo judío y lo árabe llegó a mí entrelazado y confundido. Esto es algo que suelo decir y que molesta especialmente a los judíos y tiende crear confusión, pero es una realidad».

En el centro del relato está la historia de la muerte de su abuelo, que sobrevivió a su internamiento en Auschwitz, y aunque a lo largo de su vida se quejó de los traidores polacos, recordó con nitidez la dirección de su casa en Varsovia cuando su nieto le informó de que quería  viajar hasta allí. Esa historia fue también el origen de uno de los relatos de un libro anterior, El boxeador polaco. «Todos mis libros dialogan entre sí, me gusta que el lector lea mis obras y las reordene como si fueran el juego de rayuela».

UN YO COMPLEJO / Pero la gran rayuela de este judío-árabe que en su libro se ha preocupado por la salvación, «concebida en el doble sentido físico y, por así decirlo, espiritual», es su propia compleja y cambiante identidad. A todo lo apuntado se une su nacionalización española, que esté casado con una bióloga de La Rioja estudiosa de los zorros y que residan ambos en Nebraska.  ¿Explica todo esto quién es Eduardo Halfon?