Los inventos del genio

No es ningún secreto. Paco de Lucía revolucionó el arte de la guitarra flamenca porque se atrevió a adentrarse por terrenos en los que nadie había estado antes. Llevado por la intuición, pero también por el rigor y por unas poderosas ganas de ir más allá de lo que los puristas consideraban correcto, De Lucía hizo su revolución personal que convirtió en modelo para la renovación del flamenco. Pero, en ¿qué consistía esa revolución? ¿Cuáles eran exactamente las cosas que él transformó?

CAMBIO DE POSTURA Guitarra en horizontal con la pierna cruzada

Su primera revolución fue cambiar la posición de la guitarra. Antes los tocaores apoyaban la pierna en un cajón y mantenían el mástil de la guitarra en alto. Ël optó por tocar de otra forma, con una pierna cruzada sobra la otra sobre la que apoyar la guitarra, evitando el esfuerzo de la mano izquierda para mantener en alto el instrumento. «Cuando lo hice por primera vez en el teatro de la Zarzuela dijeron que no tenía vergüenza -explicó De Lucía--. Desde el principio vi que el flamenco podía tener un lenguaje mucho más amplio que esas 10 palabras, siempre que se mantuviera la esencia».

SU FAMOSO SEXTETO Más allá del cante, guitarra y percusión

Cuando empezó a improvisar, el tocaor sintió la necesidad de un buen acompañamiento que le ayudara a ir más allá, lo que dio origen a su famoso sexteto, una formación en la que al cante, a la percusión y a la guitarra se unían por primera vez el bajo y el saxofón. Con sus hermanos Pepe de Lucía (voz) y Ramón de Algeciras (segunda guitarra), con Jorge Pardo (flauta y saxo), Carles Benavent (bajo) y Rubem Dantas (percusión), formó su primera escudería. Con ellos grabó tres discos. En 1990 Chick Corea se unió como artista invitado para el álbum Zyryab.

EL CAJÓN PERUANO Un instrumento que parece indispensable

El cajón, un instrumento que se asocia tanto al flamenco, lo es gracias a Paco de Lucía, que lo introdujo en España tras traerse uno durante una visita que hizo a Perú a finales de los años 70. «Es ideal para esta música porque tiene un sonido muy similar a los pasos de un bailador. Ha sido un hallazgo y un logro del cual me siento muy orgulloso», admitió el tocaor. Cuando el músico llegó a Lima con su sexteto, el embajador de España le montó una fiesta en la que cantó Chabuca Granda. Interpretó La flor de la canela junto a Caitro Soto, uno de los más grandes cajoneros. De Lucía quedó fascinado. Era lo que le faltaba al flamenco: hasta la fecha, la percusión se llevaba a cabo con palmas, bongos y congas. Caitro le vendió su cajón por 12.000 pesetas de la época. El guitarrista se lo dio luego a su percusionista Rubem Dantas. Fue el kilómetro cero del viaje del cajón por el mundo.

ESCALAS Y FRASEOS La clave influencia 

de  John McLauglin

Paco de Lucía atesoraba un fraseo tan natural y elevado que muchos creían estar oyendo sonar dos guitarras a la vez. «Con John McLauglin llegué a creerme Dios. Fue quien me reveló que con la técnica de las escalas podía abordar más acordes», admitió el músico después de duendear con este grande del jazz.