Los Goya de Trueba

OLGA PEREDA / Madrid

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La 28ª edición de los premios Goya, la primera sin un ministro de Cultura sentado en la butaca, coronó como mejor película del 2013 a la más luminosa, la más optimista. En tiempos oscuros (ya sea en el cine o en la vida), se necesita buen rollo. Y así lo decretó ayer la Academia de Cine al bendecir la comedia Vivir es fácil con los ojos cerrados. Por fin, David Trueba (eterno nominado sin premio) pudo salir al estrado y conocer la sensación de acariciar un cabezón propio.

Menudo acto de valentía el de la Academia aupar una película que se fue de vacío en el último festival de San Sebastián y que hace algo tan revolucionario, pero tan poco de moda, como reivindicar la bondad. La cinta no solo se llevó el Goya al mejor filme y director sino que su protagonista, Javier Cámara, dejó de ser otro eterno nominado y consiguió, por fin, poner un Goya en su estantería. Su compañera de reparto, Natalia de Molina también recogió su galardón, aunque nerviosísima. Con seis premios (estaba nominada a siete), Vivir es fácil con los ojos cerrados salió por la puerta grande de una gala en la que no hubo una ciclogénesis política pero sí se lanzaron dardos contra el ausente ministro de Cultura, José Ignacio Wert.

Huyendo de criticar abiertamente a los políticos y poderosos, Trueba piropeó a la gente humilde que saca adelante España. «Gente honesta que hacen bien su trabajo, como mis padres, que no tenían nada y nunca fallaron. O como el profesor de inglés que me inspiró la historia de mi película y que sigue teniendo una academia en Almería».

Si el éxito de la ganadora causó sorpresa, resultó cantado el galardón a la mejor actriz, que, por supuesto, fue a parar a manos de una intérprete que arrasa en premios este año: Marian Álvarez, protagonista de La herida, que se impuso a Nora Navas (ToTs volem el millor per a ella) Inma Cuesta (3 bodas de más) y Aura Garrido (Stockholm). Mucho premio sí, pero Álvarez recordó que no ha tenido ofertas laborales en todos estos meses.

GONZÁLEZ MACHO / José Ignacio Wert no solo estuvo ausente en el patio de butacas sino también en el contundente y político discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho, que ni le mencionó. En cambio, sí que tuvo palabras para el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (PP), que estaba presente en la sala y al que Macho agradeció haber pedido una rebaja del IVA «públicamente y no de manera oculta, como hacen otros». El máximo responsable de la Academia destacó que en el 2013 Hacienda ha recaudado 87 millones de euros frente a los 48 que se hubieran recaudado con un IVA al 8%. Sin embargo, «el costo económico y social que ha provocado ha sido infinitamente superior al aumento de la recaudación obtenida que, por cierto, ha sido la mitad de la esperada», sentenció Macho, que puso el dedo en la llaga al recordar que la caída de espectadores ha provocado pérdidas para el sector cercanas a los 102 millones.

ÁLEX DE LA IGLESIA / No estaba nominada en las categorías más nobles (ni película ni director ni guion) pero Las brujas de Zugarramurdi, de un ausente Álex de la Iglesia (causó baja porque está en Buenos Aires rodando), salió victoriosa al conquistar ocho de los 10 premios a los que aspiraba. La mayoría, técnicos. Pero también se lo llevó su actriz secundaria, Terele Pávez, que, a sus 74 años, recibió por primera vez un cabezón tras cinco nominaciones a lo largo de su carrera. Se lo entregó un reivindicativo Javier Bardem, que se ganó el aplauso de la platea al asegurar que «los ciudadanos están por encima de los políticos y el cine español, por encima del ministro de anticultura». En ese momento, las cámaras no enfocaron al secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, que debía tener cara de circunstacias. También muy crítico con el titular de Cultura fue Mariano Barroso (Goya por el guion de Todas las mujeres), que aprovechó su presencia en el estrado para pedir la dimisión de Wert.

El ambiente ya se calentó ya en la entrada del hotel Auditorium de Madrid, donde los afectados por el ERE de Coca-Cola, los figurinistas y la plataforma Stop-Desahucios recibieron a los invitados con pancartas de protesta. Nora Navas, Javier Bardem, Juan Diego Botto y Antonio de la Torre, entre otros, se acercaron a recoger octavillas.

La Academia también respaldó a Stockholm, una película rodada con los 200.000 euros que aportaron familiares y amigos del equipo así como micromecenas en internet. Su protagonista, Javier Pereira, se llevó el cabezón al actor revelación.