Nuevos libros dibujados para adultos

Joyas ilustradas

Dibujo de Ana Juan para 'Otra vuelta de tuerca', de Henry James.

Dibujo de Ana Juan para 'Otra vuelta de tuerca', de Henry James.

ANNA ABELLA
BARCELONA

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El amor fiel del hombre que no falta a la actuación de su estríper preferida, el amor semanal de los adúlteros, el amor final de una pareja anciana, el amor lejano -cuando la ausencia duele-, el amor efímero e imposible, el amor de la primera vez... Hasta 11 historias de amor contadas cada una con solo ocho imágenes, bellas y sugerentes. «Fue todo un reto, un ejercicio de síntesis. Narrar una historia que puede durar dos minutos o 100 años... Nadie tiene la clave para saber cuánto durará el amor. Lo que importa es cómo se vive cada historia, su intensidad, y el recuerdo que nos deja. Las que yo conté son arquetípicas, pero se podrían añadir nuevas hasta el infinito porque cada una es única y distinta de las demás».     Ana Juan (Valencia, 1961), Premio Nacional de Ilustración 2010, reflexiona así sobre Amantes, un libro que vio la luz en el 2001, en el que venía trabajando desde 1993, cuando se lo propuso una editorial japonesa que al final no lo publicó, y que ahora renace en una más que cuidada edición -con nuevo formato y diseño, tapa dura, cinta marcadora, papel de alta calidad...- de la mano del nuevo sello Contempla Edelvives, que propone una exclusiva colección de títulos ilustrados para adultos, una tendencia que ya está más que consolidada dentro del libro objeto, obras que van más allá del texto escrito.

«No tengo nada contra el libro digital pero este tipo de libro ilustrado implica otra forma de acercamiento a la lectura. Es un placer para los sentidos, son experiencias sensoriales, verlo, olerlo, tocarlo, notar su peso, todo influye para que se conviertan en objetos que forman parte de tu vida, que apetece regalar, conservar o heredar», opina la ilustradora. Con 30 años de carrera a sus espaldas acaba de alumbrar también la adaptación de Otra vuelta de tuerca, el relato gótico de fantasmas de Henry James, en Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, que lleva años publicando también ricas ediciones de clásicos ilustrados, al igual que editoriales como Libros del Zorro Rojo y Sexto Piso, que acaba de lanzar las Memorias del Subsuelo, de Dostoievski, con dibujos del argentino Jorge González.

Pero si hay una editorial que ya desde sus inicios, en el 2006, ha visto clara la apuesta por este tipo de libro, convirtiéndolo en uno de sus estandartes, es Nórdica, en cuya nómina de artistas españoles, además de Ana Juan, figuran, entre otros, Iban Barrenetxea, Javier Zabala, Noemí Villamuza, Pep Montserrat, Max y, con reciente novedad, Fernando Vicente (ilustrando Estudio en escarlata, de Conan Doyle), Ignasi Blanch (con El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald) y Elena Odriozola con su particular interpretación del Frankenstein de Mary Shelley.

Ana Juan, de entre sus obras, recuerda con especial orgullo su primer título totalmente suyo, que, afirma, le dio las claves para seguir en su profesión: Snowhite, una versión adulta de Blancanieves, que la próxima primavera también lanzará Contempla, en cuyo catálogo figura ya Seda, la melancólica y triste novela de Alessandro Baricco, magníficamente recreada por Rébecca Dautremer en un despliegue de estilos artísticos.

Amantes, donde la ilustradora valenciana transmite un abanico de sentimientos que van desde la tristeza, a los celos, la nostalgia, el deseo o el desprecio -«porque en el amor se sufre, te lanzas a él sin red y para bien o para mal nunca se sale indemne»-, fue concebido primero solo con imágenes, que cuentan la historia por sí solas. Pero luego añadió breves textos poéticos, delicados y sugerentes, que las complementan y dialogan con ellas y que en esta edición aparecen como si fueran versos.

INQUIETUD Y ANGUSTIA / Al ser una adaptación, Otra vuelta de tuerca Otra vuelta de tuercaha requerido un acercamiento distinto. «Hay formas muy diferentes de enfrentarse a la ilustración. Hay quien ilustra solo un pasaje. Yo prefiero darle la vuelta y mostrar aquello que no está ahí pero sin quitarle sentido al texto. Y que se complemente con él, que sugiera cosas que no están en él. Eso te permite intuir y crear emociones añadidas. Ante la obra de Henry James, al principio pensé, ¡cómo voy a osar yo ir más allá de sus textos! Pero luego vi que podía sugerir y crear ambientes y emociones como la inquietud y la angustia sin contar nada que no esté literalmente en la novela».

Ana Juan, que tras estudiar Bellas Artes empezó a colaborar en revistas como El Víbora, La Luna Madriz y desde 1995 viene haciendo portadas para el prestigioso The New Yorker, ha dirigido casi siempre sus trabajos al público adulto, pero no evita opinar sobre la ilustración infantil. «Hay muchos prejuicios sobre ella. Los niños no son tontos y necesitan muchos más estímulos de los que a veces se les dan con cosas obvias y olvidables».

AVENTURAS PROPIAS / El Nacional de Ilustración, que recibió en el 2010, lo asumió como un reconocimiento a su trabajo. «El mejor premio es seguir trabajando en lo que te gusta. Personalmente no he notado mucho la crisis en cuanto a volumen de trabajo pero sí notas que el ambiente es más triste y hay cierto miedo a emprender cosas. Yo siempre intento seguir mi propio camino al margen de los encargos editoriales o los trabajos para revistas. Tengo mis propias aventuras, me gusta trabajar la escultura o hacer joyas, por ejemplo. Y ya estoy pensando en un nuevo proyecto más personal, más de autor».