UN ARTISTA EN CIERNES

Pol Nubiala, debutante con ángel

El novel triunfa en el musical 'Boig per tu', que repasa las canciones de Sau en la sala Barts. Ha saltado del cole al Paral·lel

Pol Nubiala, en una de sus interpretaciones en 'Boig per tu', en la sala Barts.

Pol Nubiala, en una de sus interpretaciones en 'Boig per tu', en la sala Barts.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Del cole al Paral·lel. Pol Nubiala tiene duende. Traspasa el escenario y se ha metido al público en el bolsillo en su debut artístico. Es Riki en el musical Boig per tu que repasa las canciones de Sau y homenajea al malogrado Carles Sabater. Un musical de gran formato ante cientos de espectadores en la sala Barts. Pero al chico, barcelonés de 19 años, no le tiemblan la voz ni las piernas. Tras un mes de funciones se ha convertido en el rey de la fiesta. La que en la obra le montan los amigos a su hermana mayor, Núria (Carla Mercader), que empieza el repertorio entonando Envia'm un àngel.

Los bojos per Sau -veteranos fans del grupo y nuevas audiencias- han llevado al musical de Ricard Reguant, Joan Gallart y el propio Pep Sala (exmiembro de Sau e impulsor de la propuesta) a prorrogar en Barcelona hasta el 2 de febrero. Nubiala vuela de felicidad. «Los días de ensayos antes del estreno en Vic estaba muy nervioso, no comía, hasta vomitaba, pero tras el estreno se me pasó. Ahora soy un privilegiado», confiesa el actor y cantante. Con la partida ganada, afirma que el teatro «es un juego». Eso sí, «no hay que perderle nunca el respeto. Se hace en directo y hay que estar muy atento a todo por si falla algún micro o cualquier cosa. Salgo y me esfuerzo por hacerlo lo mejor posible, no te puedes relajar, por el bien de mis compañeros, pues es un trabajo en equipo, y del público». El suyo es un oficio «impagable, mágico», y piensa entregarse a él hasta el final de sus días.

Fue Reguant quien lo descubrió  durante un stage que impartió en la escuela Complot Escénica de Barcelona. «Le vi con mucha fuerza, energía y ganas de aprender. Él nunca había cantado pero lo hacía bien y le sugerí que se apuntara a clases particulares de canto», explica el director del musical, que pensó enseguida en él para el personaje más joven de la obra. En apenas ocho meses, el novato aprendió la triple exigencia artística del género musical: actuar, cantar y bailar.

Cuenta Nubiala que su deseo de ser actor se coció a fuego lento. «Siempre me gustó mucho ir al cine y al teatro, y he ido mucho solo porque mis amigos no querían. Me gustan todas las vertientes del teatro. Veo una marioneta con alma y se me pone la piel de gallina», explica. También se emocionó en un viaje a Londres con Wicked, «una maravilla», y pequeños musicales como La flauta mágica Le llaman copla.

Se apuntó al Bachillerato de Artes Escénicas y un buen día convocó a su padres para darles la noticia. La misma que le cantaba Concha Velasco a su mamá: «Les dije que quería ser actor. Tenía miedo de cómo se lo tomarían. Se rieron, pero me dijeron que adelante, que querían que fuera feliz». No pasó las pruebas del Institut del Teatre pero no se detuvo. Se apuntó al Col·legi del Teatre, se presentó a castings, asumió los noes y siguió aprendiendo. «Todo el dinero me lo gasto en formación y en ver cine y todo tipo de teatro. Intento mejorar como persona y como intérprete», resuelve. Ahora es el orgullo de su casa.

Gracia y encanto

«El hecho de ligar no es cuestión de edad, si no del encanto y la gracia que tiene gente como yo», canta en la función un Riki con las hormonas disparadas que interpreta piezas como Qüestió de Knack y Jo ho espero tot de tu. Acabado el show, una pequeña se le acerca de la mano de su madre. Esta le dice: «Mi hija quería conocerte y felicitarte. Ella también quiere ser artista». Nubiala le cuenta a la cría su propia historia: «Pues lucha por ello, no te rindas. Si es lo que quieres que nadie te impida ser feliz».