VOLUMEN DE VIÑETAS Y TEXTOS AUTOBIOGRÁFICOS DEL AUTOR DE 'ARROZ PASADO'

Crisis fuera y por dentro

Juanjo Sáez exorciza la muerte y el miedo, y la incertidumbre social

El dibujante Juanjo Sáez, ayer, en Barcelona. Abajo, dos de las páginas de 'Crisis (de ansiedad)'.

El dibujante Juanjo Sáez, ayer, en Barcelona. Abajo, dos de las páginas de 'Crisis (de ansiedad)'.

ANNA ABELLA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Desde las vísceras, y del dolor, le ha surgido al dibujante Juanjo Sáez (Barcelona, 1972) Crisis (de ansiedad) Crisis (de ansiedad)(Reservoir Book). Porque sus páginas son el exorcismo de una negra etapa familiar durante la que, en menos de dos años, murieron su abuela («eje de la familia»), su madre (tras una década luchando contra el cáncer) y su padre (de un ictus), quien a tres años de jubilarse había sido despedido por un jefe sin escrúpulos, sobre el que su hijo vierte, a modo de «desahogo», su particular venganza -«para que él y otros como él se vean retratados, aunque esa gente tiene el lomo muy curtido y les da igual»-. «Y esa mala temporada coincidió con las señales apocalípticas de la crisis económica, con toda esta incertidumbre que aún se respira en la calle», apostilla el autor de Arroz pasado, que ha colaborado en varios diarios, entre ellos EL PERIÓDICO, y que confiesa que este libro, «ha sido como una terapia, una forma de superarlo y seguir adelante».

Y esa doble crisis, interna y externa, aparece, por una parte en forma de ironía en viñetas -unas inéditas, otras publicadas en el Ara, sobre banqueros, políticos, corrupción, paro, pérdida de derechos, frustración...-, y por otra, en desgarradores textos autobiográficos, a mano, con tachones y rectificaciones. «Es la primera versión de lo que escribí. Estudié la idea de corregirlo y editarlo, pero releerlo e intentar embellecerlo me hacía daño, me parecía una falta de honestidad. Así que opté por la autenticidad», explica Juanjo Sáez, que, huyendo del victimismo, llama a la esperanza. «Nuestros abuelos vivieron la guerra civil o la segunda guerra mundial y todo se supera. A nosotros nos ha sorprendido porque no estábamos preparados para una recesión, para ir hacia atrás. Nadie ha parado a este Gobierno, pero mañana volverá a salir el sol. Quedan dos años de Rajoy, y todo pasará», augura.

LA ANSIEDAD / «Cuando la muerte te cae tan cerca pasas un periodo de luto, amargado, deprimido, y es inevitable pensar que esto se acaba, que después de tus padres tú eres el siguiente, pero ahora soy más consciente de que hay que disfrutar el tiempo y no perderlo en cosas superfluas. Por eso casi no veo la tele, porque solo nos transmite miedo». Un miedo que protagoniza el libro: «Es el miedo a perder lo poco que tenemos, con el que nos atenazan y amenazan, es la forma de controlar al trabajador, como con esa espada de Damocles de los ERE, para que no reaccionemos. Yo fui a terapia porque tenía problemas de ansiedad, no podía respirar, me paralizaba. Y la psicóloga me dijo, tranquilo, es miedo. La gente no es consciente de esos síntomas que causa la crisis, es por el miedo a la incertidumbre, a no saber qué va a ser de su vida».

Sáez, hijo de familia obrera, opina que hallar soluciones no es trabajo del ciudadano sino de los políticos y no cree que «todos los políticos sean iguales». «Aunque Zapatero hizo muchas cosas mal y no representó a la izquierda como debía, fue un error ese voto de castigo que le dio el poder al PP. Y así estamos ahora... Hay que luchar por tener una izquierda que nos represente bien porque por mala que sea siempre es mejor que la derecha. La transición fue la amnistía de la derecha, por eso apelan a ella todo el día. ¡Se les perdonó todo!». Estas cosas, añade, «pueden parecer obvias, pero hay que decirlas».

Por eso admira tanto a Jordi Évole y el Gran Wyoming, que a través de Salvados y El intermedio «dicen verdades como puños. Y, como las redes sociales, unen a la gente que piensa lo mismo. Yo no estoy a su altura pero con el libro he intentado eso, «hacer piña con quien lo lee». ¿Y la impunidad de los corruptos? «Creo en la justicia. Caerán, caerán, ya van cayendo...».