DEBUT EN BARCELONA DE UNA BANDA CON FUTURO

Canciones para estadios

Imagine Dragons, protagonista de una de las grandes historias de éxito del 2013, lleva su pop épico al Sant Jordi

El gran salto 8La banda Imagine Dragons, en una imagen promocional.

El gran salto 8La banda Imagine Dragons, en una imagen promocional.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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No muchas bandas han tenido un año más agitado que el cuarteto estadounidense Imagine Dragons, que ha visto su primer disco convertido en un éxito masivo alrededor del mundo y sus canciones convertidas en banda sonora de videojuegos, anuncios y cabeceras de telecomedias. Cuando lanzaron el sencillo It's time en el 2012, su mandolina y sus voces a coro parecían hablar de otros Mumford and Sons, igual que después On top of the world. Pero Imagine Dragons tienen otras formas de crear canciones, como certificaría otro sencillo, Radioactive (electro-rock épico en sintonía con unos Thirty Seconds To Mars), y canciones como Demons (que los acerca a Coldplay).

Si hay algo que unifica al repertorio del álbum Night visions es el deseo de hacer, sin rubor, canciones más grandes que la vida, preparadas para el desahogo de multitudes en estadios. En Barcelona tocan hoy en el Palau Sant Jordi (20.00 horas), con entradas agotadas. No, nada mal para un grupo que viene a presentar su primer disco.

Hablamos con su bajista Ben McKee sobre su cruce de influencias, que van del pop y la electrónica del Reino Unido al rock puramente estadounidense (Bruce Springsteen vía The Killers). «Todos los miembros del grupo escuchamos un montón de tipos de música», dice McKee. «Nuestro grupo favorito son los Beatles. Son el principio y el final; no ha habido nada como ellos. Por otro lado, también somos muy fans del hip-hop».

Actitud más abierta

Le pregunto si cree que esa clase de actitud abierta puede ser producto de internet. Las nuevas generaciones de bandas parecen ajenas a cualquier clasificación de género, a guetos reduccionistas. «Somos la primera generación de grupos que ha crecido con la red, y eso se tiene que notar. Tener acceso a toda esa música te ha de influir por fuerza. Antes, todo estaba más dividido en tribus. Ahora la gente es más abierta». Así, Imagine Dragons pueden marcarse ahora un himno para los días de verano (On top of the world) y después un corte electrónico y oscuro (Radioactive). «A todos nos gusta crear música, sin más. Nos dejamos guiar por el instinto y recrear la emoción que queramos recrear en ese momento. ¿Por qué hacer un solo tipo de canción, cuando la emoción se divide en tantas clases?» 

Es fácil dejarse tentar por la definición de la historia de Imagine Dragons en términos de éxito súbito, pero sería faltar a la verdad. En realidad, el grupo se formó el 2008, cuando el cantante Dan Reynolds y el batería Andrew Tolman (ahora sustituido por Daniel Platzman) se conocieron en la Universidad Brigham Young. Al grupo se unieron Wayne Sermon (guitarra) y McKee, surgidos de la Berklee College of Music. Esto sucedió en Provo (Utah), pero su historia empieza cuando se mudaron a Las Vegas, ciudad natal de Dan Reynolds. Llegan como un grupo bien formado en parte por haber pasado allí un tiempo tocando seis noches a la semana, seis horas por set, mitad de versiones y mitad de originales.

Comparados con The Killers

McKee recuerda una actuación en el festival Bite Of Las Vegas, en el 2009, como un momento clave. El cantante del grupo Train se puso enfermo e Imagine Dragons fueron reclutados para actuar ante casi 30.000 personas. «Ese día habíamos tocado al mediodía para 30 personas. En cuestión de horas, tocábamos para 30.000». Otro episodio importante en su carrera es la inclusión de Radioactive en la campaña del videojuego Assassin's Creed III: «Conciertos agotados y todo el mundo sabiéndose las canciones. ¡No entendíamos nada!»

Si todo sigue así serán más populares que otros chicos curtidos en Las Vegas: The Killers. «¡Palabras mayores!», dice McKee. «Mucha gente nos compara con ellos… Yo no estoy tan seguro de la conexión. Pero, en fin, nos parece un grupo increíble».