interferencias

Memorias de submundos

JUAN MANUEL FREIRE

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EL 'TOQUE DE VAN'

¿Conseguirá algún día la francesa Marina de Van igualar la potencia e inspiración de su debut, Dans ma peau, ese relato desasosegante sobre los placeres de, ejem, la automutilación? El psicodrama con toques de terror Ne te retourne pas dejó cierto sabor agridulce. Y ahora, Dark touch muestra el toque De Van (esa obsesión por la fragilidad de la carne) solo en algunos momentos. En su mayor parte, es una película de género bastante genérica que se deja ver, sobre todo, por la fotografía de John Conroy, quien ha trabajado en series británicas como Silk y Luther.

VISIÓN ALUCINADA DEL OESTE

Calvin Reeder transforma en largo un corto propio del 2008 en The rambler, un wéstern moderno (con toques terroríficos) en algún lugar entre David Lynch y el director de culto Alex Cox, sobre todo Repo man. En ella, Dermot Mulroney interpreta a un hombre que, recién salido de prisión, se encuentra con una novia poco interesada por él y unos amigos desastrosos, y decide trasladarse al rancho de su hermano en Oregón. Por el camino pasa de todo, nada normal: The rambler quiere antes transmitir una sensación sobrenatural que contar una historia lógica.

REBOBINE POR EL AMOR DE DIOS

Uno de los puntos fuertes de Sitges 2013 ha sido el documental, con piezas tan atractivas como Milius (sobre John Milius, director de Conan, el bárbaro y guionista de Apocalypse Now) y Persistence of vision (sobre Richard Williams, el mítico animador de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?). Ayer se vio otro documental destinado al culto, Rewind this!, una exploración del auge y la caída del VHS. Como documental es convencional, pero su nómina de entrevistados es tan jugosa como ecléctica: de Lloyd Kaufman (el jefe de Troma, productora-icono del cine trash) al auteur canadiense Atom Egoyan.

MÁS PÚBLICO QUE EN EL 2012

Denle las gracias a la crisis, y a la necesidad de escapismo del público, pero el caso es que este año Sitges ha aumentado un 10% la venta de entradas respecto al 2012. Anteayer se habían vendido ya 54.000 de ellas, en contraste con las 49.000 el mismo día del año pasado. En suma: Sitges 2013 habrá vendido más entradas  a pesar de haber tenido un día menos de festival.