Más cómodos que en el Raval

Accesos muy tranquilos, espacio de sobras para disfrutar de la buena música y un ambiente más distendido. Esto es lo que ha aportado el recinto de la Fira Montjuïc al primer día del Sónar. Los directores del festival, Ricard Robles, Sergio Caballero y Enric Palau, decidieron trasladar este año el Sónar de Día desde el Raval hasta el recinto ferial de la plaza de Espanya -a escasos 10 minutos del Sónar de Noche- para atender mejor las necesidades de los 10.000 espectadores que se esperan para este año y sobre todo, para ganar en comodidad.

Después de dos décadas ocupando un espacio, el CCCB y el Macba, que formaba parte del ADN del propio festival, había cierta intriga por saber qué pensaban los visitantes más asiduos del cambio de recinto. Pese a que el nuevo espacio«todavía tiene que ganar algo del caché que tenía el CCCB»,según aseguran algunos de los espectadores más veteranos, el cambio ha sido definitivamente a mejor. Más grande, más cómodo, más espacioso. Las pantallas de vídeo laterales instaladas en los escenarios, con un efecto de ojo de pez, permitieron visualizar a la perfección todo lo que pasaba en la mesa de mezclas de los disyóqueis islandeses Gluteus Maximus, que calentaron motores en el escenario del SonarVillage.

Sónar: sinónimo de calor

Acostados en el característico césped de plástico(«un poco cutre»,según una inglesa) del Sónar (seña de identidad del viejo recinto del Raval), tomando el sol o bailando frenéticamente a escasos metros del escenario, los primeros asistentes de este histórico Sónar (el festival celebra su 20º aniversario) agradecieron la presencia del intenso sol que ha brillado sobre el recinto toda la tarde, especialmente después del frío sufrido en el Primavera Sound hace apenas dos semanas. Ya se sabe: el Sónar es sinónimo de sol. Pero el calor tiene sus consecuencias fisiológicas y el Sónar no iba a ser una excepción: ropa muy corta para las chicas, la mayoría de los chicos sin camiseta y grandes cantidades de crema antiquemaduras. Aun así, hay algunos que todavía echaron de menos el calor humano que desprendía el Macba. «Este recinto está bien, pero falta el caliu de años anteriores. Espero que en los próximos días ese espíritu del Sónar crezca también aquí»,aseguró un joven diseñador.