ENTREVISTA

Guadalupe Nettel: «Somos animales con hábitos»

La joven autora mexicana ganó el Premio Narrativa Breve Rivera del Duero con 'El matrimonio de los peces rojos'

Guadalupe Nettel, en la librería Laie de Barcelona.

Guadalupe Nettel, en la librería Laie de Barcelona. / SARA MARITÁN

Elena Hevia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Esta joven autora mexicana ganó el Premio Narrativa Breve Rivera del Duero con 'El matrimonio de los peces rojos' (Páginas de Espuma), en la que establece un particular y humano animalario.

En su libro, los humanos parecen un reflejo del mundo animal. ¿De dónde surge esta idea? 

Bueno, Aristóteles decía que conociendo la naturaleza uno se conoce a sí mismo. Mal que bien somos animales con hábitos. Los acontecimientos principales de nuestra vida son los mismos que los de los animales. Defendemos de igual forma que ellos a nuestra pareja, nuestro territorio y luchamos también por la supervivencia.

Pero en los gatos, peces, serpientes y cucarachas de sus relatos no suele haber la profundidad de sus personajes.

A lo largo de mis libros he intentado explorar esas zonas profundas que la gente trata de ocultar a los demás. Este es un libro sobre el fondo de las cosas, que ahora que lo pienso también hubiera podido ser un buen título.

En uno de sus cuentos, la maternidad de una mujer y una gata van en paralelo.

Esa historia plantea cómo a las mujeres esa conciencia tan exacerbada de la maternidad nos entorpece la vida. No hacemos más que decirnos que ahora no es el momento. Mientras que a los gatos así les tocó y así lo disfrutan. De ahí la cita de que todos los animales saben lo que necesitan menos el hombre.

Usted es madre de dos hijos, ¿qué sentimientos trasladó a esas historias?

Básicamente, esa sensación que tienes durante el embarazo de que tu vida se está desmoronando porque no sabes hacia dónde vas.

Otro de los relatos, 'Hongos', en el que el vínculo secreto de unos amantes es una micosis de la que no desean curarse, tiene, admítalo, un punto desagradable. 

Bueno, yo siempre he tenido una tendencia a lo escatológico pero poetizado. La idea es que el enamoramiento no siempre es lo más grato y oportuno del mundo.

Nació usted con una mancha en un ojo que le reduce la visión. ¿Los conceptos de claro y borroso la han forjado como escritora? 

Durante buena parte de mi infancia tuve que llevar un ojo tapado y esa dualidad entre la luz y la oscuridad está presente en todos mis libros. En mi novela 'El huésped', por ejemplo, una chica va perdiendo la vista a medida que van ocurriendo otras cosas que le permiten entender el mundo en el que vive. Sí, el tema de la ceguera es para mí a la vez un interés y un temor evidentes.