Retrato de un radical analista de la realidad

La verdad incómoda de Pasolini llega al CCCB

Una exposición vincula la figura crítica del autor y cineasta con Roma

Con un Seat Millecento como este se paseó Pasolini por Italia. Al fondo, Toto en 'Pajarracos y pajaritos'.

Con un Seat Millecento como este se paseó Pasolini por Italia. Al fondo, Toto en 'Pajarracos y pajaritos'.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Lo dice el italiano Gianni Borgna que fue amigo de Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922 - Ostia, 1975). «Los italianos no aman la verdad, hasta el punto de que decir la verdad se convierte en algo peligroso como demuestra la muerte de Pasolini». Borgna, asesor de cultura en el Ayuntamiento de Roma, es junto al exredactor jefe deCahiers du CinémaAlain Bergala y el crítico y profesor Jordi Balló, uno de los tres comisarios de la muestraPasolini Romaque se instala en el CCCB hasta septiembre.

A Pasolini poeta, escritor, realizador y hombre de teatro, le esperan, sí, la muerte al final del recorrido. Ese asesinato ¿político? ¿suceso común? todavía no resuelto frente a la playa de Ostia es hoy, según Balló, «una herida abierta para la cultura europea». Pero lo que exhibe la exposición es todo lo contrario, el Pasolini vigente, el leído todavía por los jóvenes «que se reconocen en su desesperanzada vitalidad». No era fácil ser a la vez católico, marxista y homosexual pero él jamás se rendía a la facilidad.

A través de fotografías, fragmentos de películas, originales, su máquina de escribir (una endeble Lettera 22) y la grabación de su voz ligera (recitando, por ejemplo, su imprescindible poemaLa tumba de Gramsci)se va creando un retrato de múltiples facetas que echa a andar con su llegada en 1950 a la capital italiana. Llega acompañado de su madre, tras haber sido expulsado de la enseñanza pública y del PCI por haber retozado con sus queridos muchachos. Ese fue uno más de los 33 juicios que sufrió en vida. «Cada dos semanas tenía algún tipo de citación judicial», recuerda Jordi Balló.

NOTARIO POÉTICO / Encuentra acomodo en Rebibbia suburbio subproletario que junto a Villa Gordiana o Ponte Mammolo será la geografía de su literatura y su cine y le convierte en notario poético de losRagazzi di vitao como se tradujo aquí con más acritud, loschavales del arroyo. «Pasolini transformó nuestro imaginario romano. Existe una Roma antes de Pasolini y una Roma posterior, esa geografía despojada y pobre del extrarradio que habla romanesco, el dialecto popular, que solo él se atrevió a introducir en una obra literaria», explica Bergala.

Poco a poco, la vida intelectual empieza a tenerle en cuenta, no sin incomodidad. En su círculo están Alberto Moravia -que leyó un clarificador discurso en su multitudinario entierro- o la incondicional actriz Laura Betti. Escribe guiones para Fellini y, a los 39 años sin haber tocado una cámara en su vida, se enfrente a su primera película,Accattone. La exposición muestra un video con una impagable discusión con una desatada Anna Magnani (¡buena era ella!) en el rodaje deMamma Roma. Sobre un coche parecido al que utilizó en el rodaje deComizi d'amore se proyecta este documental en el que preguntaba a los cándidos italianos por prácticas como el sadomasoquismo o la prostitución.

El Pasolini analista de la realidad de finales de los 60 que exhibe su incomodísima verdad puede apreciarse en el poema¡El PCI a los jóvenes! en el que apoya a los policías, hijos de obreros, antes que a los «hijos de papá», los estudiantes que se manifestaban en el 68 romano.

Parece haber tristeza y desencanto en los últimos años. Su amor, el actor Ninetto Davoli le abandona para crear una familia convencional y él rueda su película más radical y terrible,Saló. ¿Intuía el final? Ahí están para rebatir esa idea las festivas imágenes del partido de fútbol con el que se cerró el rodaje y las instantáneas en las que Dino Pedriali le retrató desnudo, retador y más vivo que nunca.