ADAPTACIÓN TEATRAL DE LA NOVELA 'COSMÈTICA DE L'ENEMIC'

Amélie Nothomb y el enemigo interior

Lluís Soler y Xavier Ripoll se enfrentan en la Muntaner

Xavier Ripoll y Lluís Soler, la pareja de 'Cosmètica de l'enemic'.

Xavier Ripoll y Lluís Soler, la pareja de 'Cosmètica de l'enemic'.

JOSÉ CARLOS SORRIBES
BARCELONA

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Jêrome espera a embarcar en el aeropuerto de París con destino a Barcelona. El retraso le lleva al incómodo pánico del silencio, roto cuando aparece un desconocido, Textor. De repente se pone a hablar con él y de él. Textor le revela cosas que Jêrome se resiste a aceptar. Ese el tronco argumental deCosmètica de l'enemic, la exitosa novela de la autora belga Amélie Nothomb publicada en el 2001. Dos personajes para un texto cuya lectura llevó a pensar a Magda Puyo que ahí latía una obra de teatro. La acaba de estrenar en la Muntaner como la gran producción de la sala del curso. La presencia de Lluís Soler, intérprete con Xavier Ripoll, lo justifica de forma más que suficiente.

Puyo buscó la mano certera de Pablo Ley para ir a la esencia de una obra que es «un pozo sin fondo» y «sacar la paja», o sea los recursos propios de la narrativa que no encajan en el lenguaje teatral. «Cuatro páginas de la novela pueden llegar a resumirse en una mirada de Textor», sentencia Puyo. La pieza compagina comedia y tragedia, «con una metáfora de la dualidad entre el bien y el mal», según su directora. «Todos llevamos dentro un Fausto y un Mefisto», añade Puyo. Ley lo ratifica en su reencuentro con el Fausto de Goethe, «con la diferencia de que la bestia que lleva al abismo del infierno aquí es interior, y no está fuera».

ESCENARIO CENTRAL / Lluís Soler destaca el viaje «en el que se ríe y se llora» deCosmètica de l'enemiccon los dos actores «encerrados en un cuadrilátero de cuatro por tres». El prestigioso intérprete cree que los dos personajes actúan como vasos comunicantes, «porque se van pasando la pelota el uno al otro».

El personaje de Soler (Textor) es «puro discurso», afirma la directora, y el de Ripoll (Jêrome) es «pura emoción». En el juego con la palabra, Ley y Puyo han perseguido que una situación cotidiana como la que se puede vivir en la sala de espera de un aeropuerto «mantenga el lenguaje poético elevado que ya tiene la novela de Nothomb».

La obra, con ese acercamiento del público en el escenario central, persigue que el espectador se sienta reflejado en «el horror de Textor porque se dicen cosas muy duras», comenta Ley. Esa dureza busca la compensación en la ironía, «algo que aguanta hasta que todo lo que ocurre pasa a ser muy cruel», recuerda la directora.

Cosmètica de l'enemicse estrena por primera vez en catalán y estará en la Muntaner hasta el 24 de febrero. El Teatre Fortuny de Reus, que también adaptó un escenario central, presentó la pieza el pasado día 8. Un montaje en castellano se vio en el Borràs en el 2009.