El superventas estadounidense regresa con el Premio RBA de novela negra

Michael Connelly: «La policía sabe que hoy está vigilada»

El superventas estadounidense regresa con otro caso de su inspector Harry Bosch, 'La caja negra', premio RBA de novela

El escritor Michael Connelly, en el estudio de su casa de Tampa (Florida).

El escritor Michael Connelly, en el estudio de su casa de Tampa (Florida).

ANNA ABELLA / TAMPA (FLORIDA)

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Con 55 millones de ejemplares vendidos en el mundo de más de 20 novelas, Michael Connelly (Filadelfia, 1956), perfecto anfitrión, atiende a los periodistas que han cruzado el Atlántico para entrevistarle en Tampa (Florida), donde vive ahora con su mujer, a «3.000 millas» de la ciudad que desde hace dos décadas es su inagotable «fuente de inspiración» literaria, Los Ángeles. A ella, confiesa, vuelve tan a menudo que no tiene tiempo de echarla de menos. Y en ella transcurren, a ritmo del jazz que paladea su inspector Harry Bosch, la mayoría de sus historias, como la última, 'La caja negra' (Premio RBA de novela negra), donde retoma un asesinato cometido 20 años atrás, durante los disturbios raciales de 1992 por la absolución de los policías blancos que apalearon a Rodney King, un hombre negro, y que se saldaron con más de 50 muertos.

-Se intuye que le prepara a Harry la jubilación en la policía con el relevo de su hija adolescente. ¿Veremos una serie protagonizada por ella?

-Puede ser. Es una semilla que planto para poder usarla luego porque Harry tiene ya 62 años y no podrá trabajar de detective mucho más.

-Usted también tiene una hija joven. Harry parece contento de su elección policial. ¿Preferiría que la suya siguiera sus pasos escribiendo? 

-Como Harry, tengo dudas, pero nunca le diría a mi hija que no fuera policía. La prepararía lo mejor posible para que eligiera bien. Me gustaría si fuera periodista, ambos son trabajos difíciles y conllevan riesgo.

-¿Lo dice porque vivió los disturbios de Los Ángeles como periodista y estuvieron a punto de lincharlo?

-El veredicto fue una gran sorpresa, todos creíamos que la justicia prevalecería y los periodistas nos desplegamos. Yo estaba donde golpearon a Rodney King, un barrio con muchas minorías. Había un centenar de personas congregadas allí para oír el veredicto y cuando en un camión de televisión vieron que los policías eran declarados no culpables y las imágenes de gente que empezaba a rebelarse en otros lugares se contagiaron y quedé en medio de la revuelta.

-¿Sintió miedo?

-Estaba rodeado de gente y sentí que estaba en peligro, tuve miedo de que me agredieran físicamente, pero, ¿qué iba a hacer? Entonces un afroamericano me agarró del brazo y me dijo 'ven, tengo que llevarte a tu coche'. Y empezó a empujar y a abrir paso. Nunca pude darle las gracias porque arranqué el coche y salí de allí inmediatamente.

-¿Ha necesitado 20 años para escribir sobre aquellos disturbios?

-Lo traté algo en El vuelo del ángel y en otra novela pero no con tanto detalle. Tras 20 años escribiendo quería hablar de algo que hubiera pasado hace 20 años. Sabía que originaría una serie de preguntas de los periodistas, como ¿qué ocurrió? ¿qué le pasó a esa gente? o ¿puede pasar de nuevo?, y eso me mantiene al día.

-Un personaje dice que había crisis económica y social, como hoy. ¿Puede, pues, pasar de nuevo?

-Me refiero a Los Ángeles. La situación económica está ahí, pero la policía está en mejor posición para manejar el problema racial, es más responsable y su relación con la comunidad es mejor. Puede pasar pero faltan elementos para que se repita. Espero que se haya aprendido la lección.

-¿Cree que se ha aprendido?

-Casos como el de O.J. Simpson y el de King hicieron de los 90 una época muy oscura para la policía de Los Ángeles. Trabajaron mucho las relaciones públicas y han aprendido a usar la tecnología a su favor para hacer desaparecer las brutalidades ya que desde que alguien grabó en vídeo la paliza a King se dieron cuenta de que cualquiera podía estar vigilándolos y difundir lo que hacían.

-¿Se notan cambios con Obama?

-Espero que tras las elecciones pueda actuar más. A nivel social muchas cosas siguen igual de mal que en 1992 pero Obama es un símbolo y un líder que hace que la gente se sienta más representada y con voz.

-Harry estuvo en Vietnam y en esta novela salen veteranos de Irak.

-La forma de hacer la guerra en Vietnam y en Irak fue muy distinta. No quería compararlo sino hablar de la guardia nacional en la revuelta de 1992. Los veteranos de Vietnam no volvieron como héroes. Los del Golfo reciben atención médica y psicológica pero queda mucho por mejorar.

-Harry siente mucha empatía con la periodista asesinada.

-Harry nunca la conoció pero se enamora un poco de ella. Revivo su trabajo para que el lector también se enamore. Es una referencia a la película Laura, de 1944 [de Otto Preminger]. Conozco a muchos investigadores que se han sentido emocionalmente ligados a las víctimas.

-¿Echa de menos el periodismo?

-Solo la camaradería entre periodistas. Aunque no sé si aún existe porque hoy el periodista trabaja en un modelo que se desmorona, sin saber cuándo lo llamarán al despacho para decirle que está despedido. En los 90 era una buena profesión.

-¿Cómo ve la crisis de la prensa?

-No quiero hacerle sentir mal. La gente siempre necesitará noticias pero yo, por ejemplo, leo varios periódicos en internet y solo uno en papel. Hace pocos años que empezaron a cobrar por internet y creo que se les pasó el momento. Aunque creo que aún hay gente que está dispuesta a pagar por la buena información puede ser tarde. Conozco a varios periodistas que han dejado Los Angeles Times para hacer sus propios blogs.

-Su novela negra muestra los problemas de la sociedad. ¿Le duele que se vea como entretenimiento?

-Pongo pequeñas reflexiones pero no están enfocadas a los problemas sociales, como han hecho autores escandinavos, como Sjöwall y Wahlöö. Los críticos siguen considerándola entretenimiento pero los lectores se fijan en esas pistas sociales. No se ve como un producto menor, se sigue vendiendo y son populares.

-Algún actor preferido para encarnar a Harry Bosch en la serie televisiva que está preparando?

-No. Solo quiero que se comprometa con el personaje.