CONCIERTO DE UNA JOVEN PROMESA

En busca de la música

Cantante de matices 8 La artista berlinesa instalada en Barcelona Juliane Heinemann.

Cantante de matices 8 La artista berlinesa instalada en Barcelona Juliane Heinemann.

ROGER ROCA
BARCELONA

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El cantautor ampurdanés Jaume Pla, Mazoni, tiene una canción que dice así: «No tinc temps per pensar que no tinc temps per pensar que no tinc temps…»Juliane Heinemann, nacida en Berlín pero instalada hace seis años en Barcelona, no conoce a Mazoni -ella canta en inglés y no está en la escena pop local-, pero podría suscribir la idea. Hace dos años se puso a hacer un disco, el disco que quería realmente hacer, pero su propia carrera no le ha permitido cerrar el círculo hasta ahora. Se titulaTrue godsy lo presenta hoy en la sala Heliogàbal de Barcelona (22.00 horas). Por el camino, ha grabado otro álbum, ha hecho miles de kilómetros como guitarrista y corista en la gira deDelafé y las flores azules vs Las trompetas de la muerte y ha dado incontables horas de clase de canto a sus docenas alumnos. Hacer música para poder hacer su música. «Lo que más he echado de menos es tener el tiempo para escribir y darle mil vueltas a una canción. Eso es lo que más disfruto», confiesa la artista.

Meticulosa

Juliane Heinemann, perfeccionista, meticulosa, es feliz componiendo, pensando arreglos, líneas melódicas. El resultado son canciones como las deTrue gods, pop de acabados ricos y complejos, de tono sombrío y con excursiones más allá de las estructuras convencionales de la canción de autor. Lo ha grabado, poco a poco, junto al guitarrista Jordi Matas, colaborador de Anímic y Ferran Palau. «Jordi escuchó maquetas colgadas en mi Myspace y me escribió porque quería grabarlas bien en su estudio». Se pusieron a trabajar, pero, entre tanto, Juliane Heinemann hizo un disco por encargo de una discográfica de jazz que vio en ella una potencial candidata a competir en el territorio de las Norah Jones y compañía. El álbum,Aren't you glad to be here, no convenció al sello y Heinemann lo terminó sacando por su cuenta. Demasiado pop para las expectativas de la discográfica, demasiado jazz para el gusto de Juliane Heinemann, que precisamente estudió jazz en el conservatorio de Berlín antes de venir a Barcelona como Erasmus y quedarse a vivir en la ciudad. De ese primer disco, Heinemann solo recupera una canción en directo porque, dice, «no encaja con la música que hago ahora».

Visibilidad y tablas

A pesar de sus muchas horas con Delafé y las flores azules, apenas empieza a encontrarle el gusto a subir al escenario para defender sus propias canciones. «Como artista sí que tengo cierta timidez», admite, pero confía en haber encontrado la banda adecuada para disfrutar del directo tanto como disfruta encerrándose en una habitación a recuperar una canción antigua y sorprenderse a sí misma con una nueva forma de tocarla.

La experiencia con Delafé le ha dado visibilidad y tablas como acompañante, pero está convencida que nada la haría más feliz que poderse dedicar por completo a su propia música. De ahí que, a falta de discográfica, haya apostado por financiar todo el proyecto por su cuenta y ahora busque abrir mercado en el extranjero. «Lo veo como una inversión para poder hacer mejor lo que más gusta». Una inversión en felicidad.