recuperación de un OLVIDADO artista catalán

Un pintor a contracorriente

El Macba acoge la primera retrospectiva dedicada a Luis Claramunt

Un visitante observa en el Macba una serie de dibujos realizados por Luis Claramunt hacia el final de su vida.

Un visitante observa en el Macba una serie de dibujos realizados por Luis Claramunt hacia el final de su vida.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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El Museu d'Art Contemporàni de Barcelona (Macba) acoge la primera retrospectiva dedicada a la intensa carrera del artista catalán Luis Claramunt (Barcelona, 1951 - Zarautz, 2000), un creador autodidacta y de espíritu nómada. Quiso ser libre y optó por vivir como un desclasado para estar cerca de gente al límite, personajes que inspiraron muchas de sus obras. Con más de 1.200 obras expuestas entre pinturas, series de dibujos, libros autoeditados por el artista y series de fotografías la exposición comisariada por Nuria Enguita abarca desde los inicios de Claramunt en los años 70 a sus últimas obras en los noventa. El título de la muestra,El viaje vertical, remite a la visión del arte de Claramunt. Transmite «la idea caída y búsqueda, de un trabajo autodidacta de prueba y error», señala Enguita. «Para él, el arte consistía en la búsqueda de sí mismo y en su relación con el otro».

PARALELISMO CON NONELL /En paralelo a la muestra, abierta hasta el 21 de octubre, el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) expone en una sala dedicada al modernismo dibujos de Isidre Nonell y de Claramunt, que de joven se interesó por la obra del pintor.Nonell y Claramunt, registros de lo urbanopermite comparar el trazo de ambos artistas y establecer conexiones entre ellos.

«Claramunt fue una figura transversal de la contracultura, que exploró el lenguaje del dibujo, gran protagonista de esta retrospectiva», destacó ayer Bartomeu Marí, director del Macba. La exposición podrá visitarse en este museo hasta las diez de la noche, ya que hasta la Mercè el Macba ampliará su horario para atraer a nuevos públicos.

Dibujos de su última época nunca expuestos abren y cierran la muestra del Macba en la que queda patente la enorme fuerza de un artista que fue a contracorriente y vivió al margen de las modas. Fascinado por los entornos urbanos y los personajes marginales, en los años 70 se instaló en la plaza Reial. En los años 80 empezó a viajar al sur, primero a Sevilla, después a Marraquesh, aunque también pasó temporadas en Bilbao y Madrid, donde se instaló en los 90. «Huyó de los convencionalismos y del informalismo dominante», recordó Marí. «Su estilo no se inscribe en las familias pictóricas del momento». Por eso, añadió, «su obra nos fascina, todavía nos intriga».

La exposición también dedica un amplio espacio a los libros que más influyeron en el artista en cuya obra hay constantes referencias a Joseph Conrad y Albert Camus. Pero lo más impactante es ver su evolución pictórica. Claramunt pasó de experimentar con densidad de la materia a pintar con un trazo casi caligráfico. «Me ha gustado la muestra pero hay pocas pinturas de los años 90, de su etapa de madurez», lamentó ayer Juana de Aizpuru, veterana galerista y gestora del fondo más importante de Claramunt. «La figura de Luis es muy potente. Pese a morir a los 49 años dejó una obra extraordinaria. Pintaba de forma visceral. Vivía por y para el arte», recordó.