EL CLÁSICO DE LA CANÇÓ LIDERA ITUNES
Una segunda juventud para 'Que tinguem sort'
La pieza de Llach que despidió a Guardiola es un canto al idealismo
Cuando, en 1974, Lluís Llach grabó Que tinguem sort, Pep Guardiola tenía 3 años, el Barça hacía 14 que no ganaba la Liga, Franco aún coleaba (y ejecutaba), y al cantautor de Verges difícilmente se le podía pasar por la cabeza que su nueva canción adquiriría un sentido distinto, casi cuatro décadas después, en el excéntrico contexto del final de una temporada futbolística. Es el perdurable, mutante poder de la música. De la buena, muy en particular.
La versión original de Que tinguem sort, incluida en el disco I si canto trist, ocupa estos días el número uno en la lista de descargas de iTunes, el portal on line de Apple España: por delante de canciones de Pablo Alborán, Paulina Rubio, Rihanna... En el 12º puesto aparece, de nuevo, la misma canción pero en su versión en directo, grabada en el concierto de despedida en Verges (2007). Y más abajo, dentro del Top 200, encontramos otras cuatro composiciones de Llach: País petit, Alè, Laura y Viatge a Itaca. No está mal para un cantautor que lleva cinco años retirado.
La pieza no cuenta ninguna historia, ni alude a un acontecimiento concreto, sino que es un canto a la vez romántico e idealista en primera persona. El protagonista, decidido en su compromiso ideológico, se dirige a una persona amada advirtiéndole del coste personal derivado de su militancia. Aunque comienza facilitándole una vía de salida («Que tinguis sort...»), poco a poco va expresando su invitación a que siga acompañándole en la línea de combate, si bien le advierte de las dificultades. «Si véns amb mi / no demanis un camí planer».
«MILITAR A TRAVÉS DEL AMOR» / Llach funde así dos potentes ejes emocionales, amor y combate, que se retroalimentan en un texto que apela al esfuerzo con metáforas de corte épico: «Per això, malgrat la boira, cal caminar». Preguntado hace años por esta canción en el número 100 de la revista Enderrock, Llach precisó que expresa «una manera de militar a través del amor» y que «convierte el amor en antifranquismo y progresismo».
Llach evita, como era habitual, un lenguaje explícito para aludir a la militancia ideológica. Así, pese al compromiso entre líneas, Que tinguem sort puede pasar por una canción de amor y entereza, y también por un canto a la fidelidad a unos valores. De ahí, a la actual lectura en clave guardiolesca. Además de desearle buen viaje en sus futuras andanzas, la canción puede interpretarse como el reconocimiento a un trabajo hecho con convicción y sin concesiones.
Llach no incluyó la canción en el disco en directo Gener del 76, pero sí la interpretó en el concierto del Camp Nou (1985). Con los años se convirtió en una de las más reclamadas por el público, y una de las más adaptadas por otros artistas: en los últimos tiempos la han hecho suya desde Loquillo a The New Raemon, pasando por Marcos Llunas, Dani Flaco, La Habitación Roja y Pomada, y Llach la grabó con Pedro Guerra. Ahora, 38 años después, vive una inesperada segunda juventud.
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