Makovski luminosa

La cantante presenta hoy en Bikini su quinto disco, el "vitalista" 'Thank you for the boots'

NÚRIA MARTORELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Maika Makovski detesta todas las etiquetas que le han ido colgando: la mejor rockera de los últimos tiempos, musa underground... Cualquier definición encasillaría de forma injusta ese torbellino de creatividad de una artista de formación clásica capaz de escribir sugerentes pentagramas, repletos de "claroscuros" que suenan, dice, cada vez "más luminosos" Esta noche presentará en la sala Bikini (21.00 horas) el disco 'Thank you for the boot'.

"Es mi quinto trabajo ya, y el más vitalista. Tengo muchas ganas de abordarlo porque son canciones muy urgentes que escribí de una manera muy inmediata, con ganas de rodar cuesta abajo como un camión... sin frenos", avisa.

Y a toda velocidad: en un año la cantautora mallorquina ha compuesto dos discos. El primero surgió a raíz de su debut en el teatro con 'Desaparecer'. Y en ambos ha tenido que compaginar su correspondiente gira musical con el tour teatral. En seis meses sumó más de 75 actuaciones en 40 ciudades de cuatro países. "Nunca había estado tan ocupada; a veces me entran ganas de llorar. Pero sé que soy muy afortunada. Todo esto lo hago por vocación", suspira.

Makovski explica que gracias a Desaparecer el piano ha entrado de nuevo en su vida, cobrando, por cierto, un estimulante protagonismo en sus canciones. "Lo domino más que la guitarra. Durante muchos años estudié clásica, pero tenía un bloqueo con este instrumento. Al tener que leer partituras, ejecutarlas tal cual el autor indicaba por escrito, que si ahora forte, ahora piano... Me sentía como una esclava. El piano a veces se comía lo bonito de la música, pero he vuelto a encontrarme con él y ahora volamos juntos. Además, me ha ayudado a superar otras cosas que guardaba como espinas".

SIN ARMADURA

La artista, que es hija del instrumentista macedonio Vangel Makovski, explica que a la hora de crear su último disco sintió la necesidad de quitarse "capas; armaduras". "En todo proceso creativo se busca llegar a ser uno mismo. Hay aspectos difíciles de aceptar, al menos en mi caso, pero el hecho de sentirme vulnerable hace que mi música sea cada vez más interesante porque viene de un lugar más sincero".

Se metió en el teatro, recuerda, "por la puerta grande": dirigida por Calixto Bieito, en una difícil obra basada en textos de Edgar Alan Poe, y con Juan Echanove como partenaire y único compañero de escenario. "Fui una inconsciente: no conocía la obra de Bieito, ni que trabajar con él y con Echanove fuera tan intenso". La sintonía ha sido total. Y Bieito, anuncia, ya la reclama para su próxima aventura.