POLÍTICA CULTURAL

La ley de propiedad intelectual estará lista en dos años

«Es un texto complejo», argumenta Wert

El ministro José Ignacio Wert, ayer en la Comisión de Cultura del Senado.

El ministro José Ignacio Wert, ayer en la Comisión de Cultura del Senado.

OLGA PEREDA
MADRID

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Habrá que esperar dos años, como mínimo, para tener una nueva ley de propiedad intelectual. Así lo aseguró ayer el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, durante su comparecencia en la comisión de cultura del Senado. Dos años, añadió, no es mucho tiempo porque se trata de un texto «complejo» que será redactado con el máximo consenso y en clave digital para que los nuevos modelos de negocio combinen dos cosas: una oferta atractiva de contenidos y un marco de seguridad para proteger los derechos de autor.

«Hemos empezado ya a trabajar para presentar cuanto antes la nueva ley. Pero si queremos que tenga la calidad que este tema merece, nos llevará tiempo», comentó el ministro, que trufó su discurso institucional con pizcas de humor, como cuando dijo que no se merecía la fama de «pedante» que tiene, así como cuando despejó dudas sobre cómo se pronuncia su apellido: «Como si se dijera con una v, no con g».

DESGRAVACIONES POR CINE / En su repaso a la política cultural del Gobierno del PP, Wert también se permitió bromear al asegurar que no para de «hacer la pelota» al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, de cara a la nueva ley de mecenazgo, que aumentará las desgravaciones a los que inviertan en cine. Esas ventajas fiscales (que son la base del nuevo modelo de financiación del cine que quiere implantar el Gobierno del PP) tienen que tener el visto bueno del equipo de Montoro. «Tenemos un acuerdo base con Hacienda», tranquilizó Wert, que recordó que el cine español generó en taquilla el pasado año unos ingresos brutos de 95 millones de euros.

El ministro repitió que la nueva fórmula que sustituirá al canon (vía presupuestos generales) es provisional y se modificará una vez se haya pactado con la Unión Europea. Lo mismo sucede con la intención del Gobierno de equiparar el IVA de los libros digitales (el 18%) al de los de papel (4%). «No parece razonable esta diferencia. Sobre todo, porque la función de un libro es la misma con independencia de su formato», aseguró tras destacar que la reducción del impuesto para los textos digitales pasa necesariamente por un pacto europeo.