CRÓNICA

Nuestro lado oscuro

La británica Anne Perry arrastra a sus lectores a BCNegra

ERNEST ALÓS / EDU SOTOS
BARCELONA

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Un exterior blindado, que se entreabre un instante para cerrarse rápidamente. Como una ostra que se relaja distraída antes de clausurar con todas sus fuerzas su vulnerable interior en cuanto percibe el peligro. Así aparece siempre Anne Perry. Autora de 60 novelas, la mayoría integradas en dos series situada en el Londres victoriano que protagonizan respectivamente el inspector Thomas Pitt y el investigador amnésico William Monk. Y también, en su juventud, con su nombre auténtico de Juliet Marion Hulme, coautora del asesinato de la madre de su amiga del alma que recreó la película de Peter Jackson Criaturas celestiales.

Ayer, Perry intervino en el festival BCNegra. Condición previa: el tema en cuestión, ni tocarlo. Lógico, tras 40 años rehaciendo su vida discretamente y 15 con su pasado desvelado. Y sin preguntas del público (que abarrotaba la antigua capilla de la calle Hospital). Muchas vueltas en torno al Londres victoriano, a cuenta, tras una incursión en la novela histórica medieval, del último libro que acaba de publicar, Una pérdida razonable (Ediciones B). La segunda de las novelas en las que William Monk, de nuevo agente de la policía fluvial del Támesis, se enfrenta a una red de pederastia organizada.

Cuando se sabe lo que se sabe (aquello, además de los hechos de que ha vendido 20 millones de libros, aunque confiese que es más popular en EEUU, España y Francia que en el Reino Unido, de que se convirtió a la fe mormona, rehizo su vida trabajando de azafata y su padre fue el alma de la bomba H británica), cualquiera no interpreta sus palabras al menos en dos sentidos.

«Creé a Monk a partir de la idea de que si haces una cosa de la que entiendes tus motivos, puedes llegar a perdonarte, pero ¿qué sucede cuando un hombre no se conoce a sí mismo?», explicaba ayer, al hablar del origen de sus personajes.

Cuestionada por la importancia de la documentación histórica necesaria para sus maravillosas recreaciones del Londres victoriano que envuelven las tramas criminales de sus novelas, Perry contesta: «Las cosas las has de vivir, haber pasado frío, haber tenido miedo». Y, firme en su fe mormona, afirma que «la gente en general es buena, aunque todos cometemos errores y todos tenemos un lado oscuro».

Tampoco resulta fácil no interpretar en clave de resurrección de viejos fantasmas algunas de las opiniones de Anne Perry sobre la relación con sus personajes de ficción en la videoentrevista que puede verse hoy en www.e-periodico.com y en el especial BCNegra de la web. «Si no estás dentro de los personajes es que no lo estás haciendo bien. Hay una gran parte de nosotros mismos en ellos», explica la escritora. Pero ojo: «No quieres expresar tus sentimiento a todo el mundo con que te encuentras. Resulta embarazoso, y un tanto autoindulgente», advierte.

En este juego de abrirse y cerrarse, de volcarse su propia verdad en sus personajes y de alejar la realidad y la ficción, Perry confiesa ir siempre «con cuidado». Pero hay sentimientos comunes que evidentemente se reflejan en sus criaturas. «Obviamente todos nos hemos sentido desesperadamente solos en algún momento, todos nos hemos sentido avergonzados y todos nos hemos enamorado y todos hemos hecho algo que desearíamos no haber hecho. Algo que en un momento me pareció que estaba bien y que ahora dices: ' ¿en qué estaba pensando'?» Si, un sentimiento que cualquiera ha sentido. Aunque, de hecho, ¿en qué estaba pensando Perry?