ÚLTIMA ENTREVISTA EN 'EL PERIÓDICO'

«¿Espiritual? Sí, espiritual»

«Aún no he logrado reflejar el universo en un solo trazo. Por eso necesito seguir trabajando»

NÚRIA NAVARRO
BARCELONA

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2 de marzo del 2009. Última entrevista que Antoni Tàpies concedió a EL PERIÓDICO. Este es un extracto de aquella contraportada:

-Una de mis ilusiones es que mis imágenes estimulen al espectador a sacudirse tanta banalidad de la sociedad, a concentrarse más en el camino...

-¿Espiritual?

-Espiritual, sí. Un camino más firme, que le aclare el universo.

-Difícil cometido.

-Yo ahora tengo una cierta visión de conjunto, y asocio la vida a un mundo que no conocemos y sobre el que hay que ir pensando. Yo ya lo hice de joven. Tuve una lesión pulmonar en una época en la que no había antibióticos. Estuve casi dos años entre la cama y una hamaca.

-«Pinto lo que pinto porque soy catalán». Eso escribió una vez.

-El sentimiento de pertenencia me viene de lejos. Mi abuelo fue teniente de alcalde de Barcelona y fundó la librería Puig Alfonso en la plaza Nova. Y mi padre perteneció a la Lliga... Me gustaría que todo el mundo comulgara un poco con mi sentimiento a través de mi pintura.

-Aspiraba a reflejar el universo de un solo trazo, ¿recuerda?

-No lo he logrado aún. Por eso necesito seguir trabajando. Cinco años más quizá... Pero ese trazo es difícil de explicar, es como explicar la vida, que de eso trata el arte. Esa intuición clarifica mucho las cosas...

-¿Le queda eso por explicar?

-Me queda abrir la última puerta al misterio, ¿no? No se ha logrado por más científicos que lo hayan pensado y más poetas que lo hayan imaginado. Aunque ellos han concretado bastante que la tierra, el cuerpo, lo material, tienen tanta importancia como lo espiritual. La perfección no solo debe venir de las ideas nobles, sino que el trato a la tierra debe ir a la par.

-¿Han entendido su obra?

-(Sonríe). Bueno... Es discutible. De joven me criticaron mucho. Sufrí. Sentí que había fracasado. Pero pesaron más las ganas de hacer cosas interesantes.

-Ahora peregrinan a su puerta.

-(Sonríe otra vez) Sí, sí.

-¿Cómo mirar un tàpies?

-Con cierta preparación. Muchos artistas dicen que todo el mundo puede entender sus obras. Yo creo que no. Es importante educar la mirada de los niños, prepararles para que sean sensibles al arte. Pero, ojo, que hay críticos y comentaristas que traicionan un poco.

-¿Qué le conmueve?

-Algunas obras de música, que siento en la imaginación, porque no las puedo escuchar de verdad.