Concierto de uno de los iconos del pop

George Michael se pone serio en el Sant Jordi

El cantante recala hoy con el 'Symphonica Tour', arropado por una orquesta de 40 músicos

George Michael se pone serio en el Sant Jordi_MEDIA_1

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JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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La ruta de George Michael desde el estrellato teenager de sus años con Wham! hasta la honorabilidad adulta quema una etapa llamativa con el Symphonica Tour, la expedición orquestal que le trae hoy de vuelta a Barcelona (21.30 horas, Palau Sant Jordi). La estrella británica, con raíces chipriotas, ejercerá esta noche, más que nunca, de señor cantante y crooner de etiqueta en un largo recital (se prevé que se acerque a las tres horas) arropado por una cuarentena de músicos, destinado a realzar su textura e inflexiones vocales.

George Michael ha diseñado estos recitales para lucirse como intérprete, transmitir madurez y dejar en suspenso su perfil de icono pop. Una propuesta muy distanciada del show que trajo en su última visita, hace cinco años en el mismo Sant Jordi, cuando pasó revista a su disco antológico 25, con el que festejó sus tres lustros en el show business.

El tono solemne de su nueva propuesta ha captado al grueso de sus fans: según ha precisado la promotora Live Nation, ayer se habían vendido unas 12.000 entradas de un total disponible de cerca de 14.000. El aforo del Palau Sant Jordi se ha reducido un poco en este concierto, ya que la pista estará ocupada por asientos. Las cifras son superiores a las registradas el año pasado en los conciertos sinfónicos de Sting y Peter Gabriel, que se saldaron, sobre todo este último, con sendos pinchazos.

MUCHAS VERSIONES / El concierto tendrá dos partes (la primera, de casi una hora; la segunda, de hora y media) separadas por un intermedio de 20 minutos, y se prevé que incluya 24 o 25 canciones. Habrá material del que sigue siendo su último trabajo con piezas de estreno, Patience (2004), pero más aún del anterior, el disco de versiones Songs from the last century (1999). La canciones ajenas supondrán la mitad del repertorio, y no solo procederán de aquel trabajo (sus asaltos a Nina Simone, David Bowie y The Police), ya  que el cantante ha incorporado nuevas adaptaciones: piezas de autores contemporáneos como Going to a town (Rufus Wainwright),  Love is a losing game (Amy Winehouse) y Russian roulette (Rihanna), entre otras.

Su etapa primeriza está casi enterrada en este tour. El repertorio solo incluye una canción de Wham!, y no muy popular, A different corner, y evita los éxitos que le lanzaron en solitario. George Michael ha considerado que las atolondradas Wake me up before you go-go, I want your sex Faith eran poco compatibles con los rigores del formato orquestal. Esa cuota de hits clásicos la representará Freedom '90, cuya interpretación está prevista para la tanda de bises.

George Michael pisó fuerte en el arranque de su carrera en solitario, en 1987, pero su posterior conflicto con Sony Music (discográfica a la que acusó de practicar la esclavitud con los artistas, muy en la línea de Prince) le mantuvo casi seis años en un parón editorial. Pero, tras resolver su situación, tampoco se ha mostrado muy productivo: solo dos discos con canciones nuevas en 15 años, Older y Patience. Y un desenlace inesperado, cuando en el 2003, tras su paso por Virgin, anunció su regreso a Sony.

TERCERA VISITA / La de hoy es la tercera actuación de George Michael en Barcelona. A su visita del 2006 hay que sumar el lejano debut del artista en el extinto estadio de Sarrià, en 1989. Eran tiempos de vacas gordas, la gira Faith, si bien el recinto se quedó grande para acoger un espectáculo que incluyó a Grace Jones y Los Toreros Muertos.

Después de aquel tour, la estrella hibernó y regresó con un disco de medios tiempos y mensajes confesionales, Listen without prejudice vol. 1 (1990), con el que pretendía hacer tabla rasa con su pasado más comercial. Un clásico del pop: «hasta ahora he sido una marioneta de las discográficas; ahora soy yo mismo de verdad», venía a decirnos. Inició un camino que conduce a este Symphonica tour. Hoy veremos si ha llegado demasiado lejos.