MUSEO. RENOVACIÓN

El románico brilla en el MNAC tras la remodelación de sus salas

La colección, una de las más relevantes del mundo, estrena discurso y disposición

Las cuatro tallas del 'Davallament de Santa Maria de Taüll', entre el conjunto de pinturas de Sant Pere de Sorpe.

Las cuatro tallas del 'Davallament de Santa Maria de Taüll', entre el conjunto de pinturas de Sant Pere de Sorpe.

NATÀLIA FARRÉ / Barcelona

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La colección de pintura mural románica del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) es tan excepcional e insólita que muchos visitantes creen estar delante de reproducciones y no de originales cuando la contemplan. Para sacar de dudas al público y mostrar la realidad de la colección, los responsables del centro han decidido colocar al inicio del recorrido fotos de época que ilustran el arranque de las pinturas de las iglesias del Pirineo entre 1919 y 1923, su traslado a Barcelona y su posterior instalación en el museo. Y un vídeo, grabado en 1978 en la iglesia de Sant Joan de Boí, que documenta el proceso para sustraer dichos murales de las paredes mediante la técnica delstrappo. Son dos de las novedades que presenta la remodelación de las salas que acogen la colección de románico del MNAC y que hoy abren al público tras seis meses de trabajo y una inversión de 900.000 euros aportada en su totalidad por la Fundación Mapfre.

Pero la inclusión de la génesis de la colección es solo uno de los muchos cambios del nuevo proyecto que también incluye modificaciones en el discurso museográfico -«ahora mucho más claro y entendedor», según la directora del museo Maite Ocaña-;

en el tratamiento de la conservación y restauración, con un nuevo proceso para tratar las lagunas (partes del mural que han perdido la pintura) menos agresivo tanto para la pieza como para el espectador (queda tan diluido cromáticamente que no llama la atención); y en la iluminación y colocación de las obras.

Ahora, la luz se concentra sobre las piezas, de manera que consigue dar la sensación de volumen propia de los ábsides. Y lo que es más importante: «Recupera el misticismo y la espiritualidad que había perdido», apunta Ocaña. Y también, el color. Tanto la pintura mural como la pintura sobre tabla -el conjunto más antiguo y numeroso de Europa- con el cambio de luz parecen repintadas. La nueva colocación, a la altura de la vista, de los frontales de altar también ayuda a su mejor contemplación. Como mejora la visita que elBaldaquí de Tavèrnoles se muestre verticalmente y no inclinado, que las vírgenes hayan salido de las vitrinas donde antes se escondían. Y que las cuatro tallas delDavallament de Santa Maria de Taüll hayan dejado la pared de donde colgaban para ser mostradas en peanas.

NUEVAS PIEZAS / Aunque no todo es una cuestión de disposición. El discurso también se ha racionalizado a partir de la reducción de un 30% de las obras expuestas. Y con la aportación de nuevas piezas en el recorrido, como una serie de tejidos coptos; dos pinturas murales:Disputa i arrest de Santa Caterina-la última adquisición del museo- y laLapidació de sant Esteve, los últimos años recluida en el taller de restauración; y cuatro bases del baldaquín de Ripoll, un depósito del obispado de Vic.