EXPOSICIÓN

Mabel Palacín revisa el papel de la imagen en la era digital

Otro de los detalles de la fotografía principal.

Otro de los detalles de la fotografía principal.

NATÀLIA FARRÉ
VENECIA / ENVIADA ESPECIAL

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Si en la última edición de laBienal de Arte de Venecia, en el 2009, Catalunya debutó con una exposición dura, de tesis y colectiva, que no hacía ni la más mínima concesión a la estética, este año, en la 54º cita del arte contemporáneo en la ciudad italiana, el Institut Ramon Llull (promotor de la presencia catalana y de las Baleares) ha optado por una apuesta radicalmente diferente: presentar la producción de una única artista,Mabel Palacín(Barcelona, 1965). Una creadora que si bien sigue la estela del arte conceptual y muestra un trabajo con múltiples capas de lectura, también permite una mirada centrada únicamente en el deleite estético de la imagen.

La propuesta, inaugurada ayer, podrá verse hasta el 27 de noviembre enIl Magazzino del Sale número 2 (el edificio contiguo al que acogió la exposición de la edición pasada), una nave que en tiempos pretéritos actuaba de almacén portuario y que ahora acoge el último trabajo de la artista catalana:180º.Un proyecto que ha contado con unpresupuesto de 750.000 euros y con una producción «muy complicada y cercana al cine», según David G. Torres, sucomisario.

De hecho, el propio título de la obra ya remite al séptimo arte, puesto que la regla de los 180º es aquella que asegura que la relación entre imagen y espectador es la correcta, es decir, que la cámara siempre esta en el mismolado de un ejeficticio para no desconcertar al público. Y lo que hace Palacín es evidenciar que en un mundo en el que cada día se cuelgan 100 millones de fotos enFacebooky se visiona el equivalente a 150 siglos de vídeos enYoutube, el estatus de la imagen ha cambiado y las normas se han roto. «No hay diferencia entreemisario y receptor», apunta Torres. Y añade: «La imagen ha pasado a calificar la realidad». Pero aún hay más: fotografía y vídeo confluyen y se confunden. «Todo es lo mismo».

NADA TÍPICO/ Para evidenciar todo ello, la artista barcelonesa coge una imagen deVeneciay la presenta desde diferentes puntos de vista a partir de soportes que se confunden. Así, una instantánea realizada con una gran definición de un paisaje de la ciudad que no responde a la típica imagen -no haygondoleros en el Gran Canalni palacios con ventanas ojivales sino una escuela de apariencia anodina delbarrio de Giudecca que Palacín convierte en un edificio de apartamentos gracias al atrezo y a los extras- abre la muestra. Mientras, cuatro pantallas proyectan fotogramas que no son más que detalles contenidos en la foto principal y que Palacín ha filmado sobre la propia instantánea para evidenciar aquello que queda oculto.

Y aún hay una tercera realidad, narración o punto de vista: el horizonte que ven los personajes que están en la azotea del edificio de apartamentos y que se exhibe en otras dos pantallas.