ENTREVISTA CON EL AUTOR

R. J. Ellory: «Tres meses de reformatorio me despertaron»

Un asesino en serie mata a decenas de niñas en Georgia, y destroza otras tantas vidas, en 'Solo el silencio' (RBA)

R. J. Ellory.

R. J. Ellory.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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R. J. Ellory es un escritor tan tardío como prolífico. Escribe en varios registros: «dramas sureños,thrillerscontemporáneos, más convencionales, y epopeyas con conspiraciones políticas», enumera. Su carta de presentación en España es una muestra de su producción más literaria,Solo el silencio, una novela en la que resuenanA sangre fría, La noche del cazadoryMatar a un ruiseñor.

-¿Con 22 novelas rechazadas, cómo no se rindió?

-Conseguí que me publicasen por primera vez cuando escribí para mí mismo, el libro que a mí me gustaría leer, y no el libro que creía que la gente querría leer. Fui persistente. Y aprendí a ser mucho más conciso.

-¿Qué hace que un escritor del Birmingham del Reino Unido, y no del de Alabama, escriba sobre el Sur profundo de EEUU?

-Creo que es tan válido escribir sobre las cosas que conoces como sobre las cosas que te interesan. Mi infancia es el cine americano, los libros americanos, las series americanas, la música americana. No tenía grandes aptitudes sociales y crecí conKojak, Las calles de Sant Francisco, Hawai 5.0. De joven mi música era el R&B, el country, Johny Cash, Elvis...

-Y en el libro hay referencias que no parecen casuales a Capote, Steinbeck, Faulkner, Harper Lee...

-Y tanto. Se trata de homenajes respetuosos a los libros que me han influido y que hicieron que me interesara por la literatura. No tengo la pretensión de imitarlos. AunqueSolo el silencioes muy diferente a la mayoría de libros que he escrito, más poético, más lírico.

-La escena en que describe en primera persona cómo una niña muere violada es muy dura. ¿Le costó?

-Con mi editor discutimos si lo dejábamos en el libro. Acordamos que sí, porque da al lector una idea de lo terrible que es el caso y de por qué Joseph se implica tanto en la búsqueda del culpable. Y emociona. Lo más importante, lo que hace que un libro tenga éxito o no, es que provoque una reacción emocional.

-El asesino a menudo es el personaje más magnético. Pero usted ha preferido hablar de las víctimas directas e indirectas, esconde al criminal hasta el final y no sabemos nada de sus motivos.

-Hablo de las consecuencias del crimen. No lo escribí buscando la sorpresa final. Este libro no es un Cluedo, es más la biografía de una persona y los efectos que unos sucesos terribles tienen sobre ella. Y su decisión de buscar la verdad a pesar de todos los obstáculos y de que al final a nadie le importe.

-Su protagonista tiene una vida difícil: muere su padre, su madre enloquece, sus compañeras tienen finales horribles, va a la cárcel... Su vida también ha sido dura. ¿Hay mucho de sí mismo en este libro?

-¡No lo ha sido tanto! No sé quién fue mi padre, mi madre murió cuando yo tenía 7 años, mi abuelo se ahogó, me eduqué en un internado y mi abuela murió cuando tenía 16... Nunca tuve un entorno familiar, pero puede ser peor incluso tenerlo y perderlo por un divorcio conflictivo. No creo que mi infancia fuese tan difícil, y tuve una educación razonable. Todo es relativo, y lo que caracteriza al espíritu humano es su capacidad de sobreponerse a las adversidades.

-Es lo que hace Joseph. Pero parece que acaba convertido en un bicho raro al estilo Salinger.

-El concepto del escritor recluido, un poco loco, es atractivo. Pero hasta los 70 no me planteo quedarme en casa borracho y en pijama.

-Antes de escribir novela criminal usted fue un delincuente... robó gallinas de un convento de monjas.

-Fue una locura juvenil. Pero acabamos en la cárcel. Una buena experiencia. Tres meses en el reformatorio me hicieron ver que definitivamente ese no era el tipo de vida que quería. Fue como una llamada de alarma que me despertó.