LETRAS / INSTITUCIONES

Soledad Puértolas equipara vida y literatura al ingresar en la RAE

Soledad Puértolas, flanqueada por los académicos José María Merino (izquierda) y José Luis Borau, ayer.

Soledad Puértolas, flanqueada por los académicos José María Merino (izquierda) y José Luis Borau, ayer.

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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La narradora y ensayista Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) ocupó ayer el sillón de la Real Academia de la Lengua (RAE) tras una brillante ceremonia y un largo y aplaudido discurso en el que equiparó vida y literatura y glosó a los personajes secundarios de El Quijote. Se ha convertido en la séptima mujer elegida por la institución desde su fundación en 1713 y la quinta de los 44 académicos actuales. Faltan por ocupar dos sillones vacantes, el de Francisco Ayala y el Miguel Delibes.

La nueva académica, autora de obras como El bandido doblemente armadoTodos mientenQueda la noche, Imagen de Navarra o La vida oculta, sucede en el sillón al científico Antonio Colino, del que destacó su larga labor entre la ciencia y el lenguaje, «indispensable si se quiere vivir de acuerdo con los tiempos».

MINISTROS AUSENTES / Vestida con un elegante traje negro, entró en la sala flanqueada por los dos últimos académicos llagados a la institución, el cineasta José Luis Borau y el escritor gallego José María Merino. Ocuparon asientos destacados el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, Javier Solana, y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel. Entre el auditorio, que abarrotó la sala, figuraban numerosos representantes de las letras. Pero ningún ministro, ni siquiera la de Cultura o el de Educación.

La escritora explicó que había elegido El Quijote porque es «el libro de los libros de la lengua» y que se había centrado en actores secundarios (Dorotea, Marcela, el Caballero del Verde Gabán y el bandolero Roque Guinart), porque están en la línea de Don Quijote. A su juicio, son prototipos muy humanos y hoy podríamos aprender mucho de sus cualidades como la libertad, la independencia, la generosidad, la mesura, la sabiduría, la simpatía o la inteligencia.

«El Quijote es un tratado sobre la literatura que es, al mismo tiempo, un tratado sobre la vida. La literatura se vive con la pasión de una oportunidad única y se convierte en un asunto de vida o muerte», sostuvo la narradora, galardonada con premios como el Planeta, el Anagrama de Ensayo y el de las Letras Aragonesas. También aseguró que la lengua ha sido siempre su «aliada esencial» por su «capacidad de ser moldeada, de adaptarse a los más variados hechos, sueños y fantasías». «Y ha supuesto para mí uno de los grandes regalos de la vida», confesó.

NATURALIDAD MISTERIOSA / José María Merino, encargado de darle la réplica, destacó que la novelista ha acuñado en su obra «un estudio inconfundible, singularizado por la concisión y una misteriosa naturalidad». Confió en que su «afán de búsqueda y descubrimiento en el universo de las palabras» será muy importante para su labor de la RAE.