ideas

Contra el servilismo

XAVIER BRU DE SALA

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Verdaguer puso en práctica, entre nosotros, la insumisión de la cultura ante el poder. Aún no es suficientemente conocido, tal vez porque es demasiado ejemplar, su enfrentamiento a la alianza entre el poder político y el llamémosle delegado en la tierra del espiritual. Una insumisión personal, no planificada, ni siquiera prevista por él. No pensemos en el contemporáneoJ'accusedeZola.Verdaguerse sintió perseguido, no sin motivo, y se rebotó. En lugar de amilanar-se plantó su bandera, frente al poder, a por todas, consecuente, con fuerza, sin miedo. En su entierro, cien mil personas.

El Modernismo catalán, también algo extemporáneo, parte de la idea de que la cultura va por su cuenta. Iconoclasta, incluso pintoresco, pero mucho más consecuente, planificador y responsable de lo que se suele pensar. ElNoucentismeaplica la colaboración entre política y cultura, de tú a tú, para levantar juntos el país. Cuando intelectuales y burgueses partieron peras, por la traición de la Lliga al catalanismo, los promotores de la cultura hicieron un partido, Acció Catalana, que obtuvo un gran éxito electoral. Durante varios decenios, el protagonismo de la cultura como motor de la historia fue incuestionable.

En el año 1927,Josep Pla, que formaba parte de la intelectualidad progresista y catalanista, se cambió de camisa y, de la noche a la mañana, pasó al servicio deFrancescCambó,en una maniobra de gran alcance y repercusión. Lo queVerdaguer había inaugurado,Josep Plalo clausura (también por intereses personales). La biografía incensaria deCambóque entonces escribePla representa el retorno de la cultura al servilismo. Todo el mundo se enfadó, pero la vía del servilismo cultural quedaba reabierta. Hacia la derecha con mucho cinismo. Enseguida también hacia la izquierda, por altruismo y convicción revolucionaria.

Durante la posguerra, la cultura lidera Catalunya desde su forzosa autonomía. En la democracia recuperada, cede el liderazgo y acaba arrinconada o a remolque de la política. Ninguno de los intentos de recuperar la autonomía y el relieve de la esfera cultural ha tenido éxito.

¿Quién está a favor de volverlo a intentar?