ENTREVISTA CON LA EMPRESARIA QUE RECURRIÓ CONTRA EL CANON DIGITAL

Ana María Méndez: "La avaricia ha hecho que les explote el canon en la cara"

Ana María Méndez, ayer, en su tienda de Barcelona.

Ana María Méndez, ayer, en su tienda de Barcelona.

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

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La lucha en los tribunales de la copropietaria de la tienda de informática Traxtore de Barcelona, Ana María Méndez, contra lo que creía que era una injusticia,ha logrado volver a poner sobre la mesa el debate sobre el canon digital que se aplica en España.

-¿Por qué la denunció la SGAE?

-La SGAE reclamó a nuestra empresa en junio del 2004 un total de 48.000 euros en concepto de canon digital correspondiente al periodo 2002-2004. Nos negamos a pagar, para nosotros era la ruina, pero lo que más nos molestaba es que las tarifas se aprobaron en el 2006. ¿Por qué nos reclamaban esa cantidad? Nadie nos respondió de dónde salía ese monto, ni se preocuparon tampoco del destino del material vendido.

-Y no pagaron.

-Aunque hubiese querido pagar, ¿qué canon aplico yo durante esos años a mis clientes si no hay tarifas? Las entidades se quedaron atrás, la tecnología había avanzado demasiado rápido para ellas y decidieron interpretar la ley analógica a la era digital. Fueron a los fabricantes a reclamarles dinero, pero les pedían cantidades que multiplicaban por 50 el coste de su producto. La SGAE vio que no cobraría, así que atacó al eslabón más débil, al comerciante. Te reclaman un canon que no has pagado, tarifas que ellos dictan pero que no se sabe de dónde salen...

-Primero perdieron el juicio en el juzgado mercantil.

-Sí, y presentamos un recurso ante la Audiencia de Barcelona, que elevó el caso al Tribunal de la UE. Durante el proceso descubrimos cosas como que la SGAE decidió cobrarnos, no 60 céntimos por DVD, sino 1,20 euros porque, según ellos, el usuario puede comprimir los vídeos y grabar más horas. Yo me alegré de que usaran argumentos así, era de locos.

-¿Cómo ha vivido la sentencia?

-Me he quedado en casa esta mañana para poder leer la sentencia con tranquilidad, aunque no lo he conseguido. Pero al ver las conclusiones me he quitado un gran peso de encima, una losa, porque han sido muchos años de lucha. Pero lo importante ahora es que esto no se quede en un simple detalle, sino que se vaya al fondo de la cuestión, porque el canon es algo muy gordo que se ha hecho con el beneplácito de todos. Pequeñas tiendas como la nuestra han tenido que pagar cantidades impresionantes de dinero por todos los productos, sin ajustarse a las directivas europeas y con tarifas pactadas sin la opinión de los usuarios.

-¿Cree sin embargo que hay que compensar a la SGAE de alguna manera?

-Para que sea compensación, la ley tiene que establecer excepciones. Pero no las hay. La avaricia ha hecho que les explote el canon en la cara. En la era analógica había una compensación y nadie decía nada. El problema es cuando se quieren ganar 100 millones de euros de la noche a la mañana.

-¿Qué pasará ahora?

-Ahora se presenta una especie de limbo. La Audiencia de Barcelona se pronunciará sobre nuestro caso en particular, pero la cadena entera, el canon, debe discutirse de nuevo por todos. Lo suyo sería suspender el canon digital hasta que las cosas se hagan bien, ver cuánto se ha recaudado y adónde ha ido a parar. Y devolver lo que se ha cobrado indebidamente.