entrevista con el Actor

Ryan Reynolds: "Nunca he sido tan feliz de acabar una película"

El director Rodrigo Cortés lo tuvo encerrado en un ataúd durante los 17 días de rodaje de 'Buried'. Es, quizá, su mejor papel.

«Nunca he sido tan feliz de acabar una película»_MEDIA_1

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NANDO SALVÀ / Madrid

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-¿Es este el papel más extremo que le han ofrecido?

-Sí, sin duda. Cuando leí el guión me pareció fascinante, pero imposible de filmar. ¿Un hombre metido en una caja durante hora y media? Imposible. Pero luego recibí una carta de Rodrigo Cortés, casi tan larga como el guión, en la que me explicaba por qué y cómo quería hacer la película. Tomó un avión para verme, nos sentamos a almorzar y 40 minutos nos estábamos dando un apretón de manos.

-¿Calibró los riesgos que implicaba para su carrera?

-Con todos mis respetos, nunca imaginé que la gente fuera a ver Buried, así que no me pareció un gran riesgo. Pensaba que, como mucho, la mostrarían en algún festival pequeño y que ocuparía una nota a pie de página en un libro sobre cine raro. Obviamente, estaba equivocado.

-Hábleme de su experiencia física durante el rodaje.

-Fue una experiencia miserable. Tenía que permanecer dentro del ataúd durante horas, con 30 kilos de madera apretándome el pecho, con un micrófono pegado que captaba cómo se me aceleraba el corazón. A través del auricular, una voz femenina me hablaba de espacios abiertos, de prados y lagos, cosas así. Tenía que iluminar yo mismo muchas de las escenas, con el mechero o con la pantalla de un móvil, y a la vez gritar y perder el control y entrar en pánico. Lo peor fue el último día de rodaje. Cuando llegué había una ambulancia, Rodrigo me dijo que estaba allí por mi seguridad. En todo caso, fue más duro a nivel emocional que físico.

-¿Por qué?

-Muy pocos miembros del equipo hablaban inglés, así que me sentía solo y aislado. Sufría insomnio y ataques de ansiedad. Por supuesto, esos sentimientos resultaron ser buenos para el personaje. En todo caso me asusté, porque yo no soy un actor de método, no suelo llevarme los personajes a casa. Nunca he sido tan feliz al acabar una película. Justo después tenía planeado irme de vacaciones con mi mujer a una playa, pero preferí mantenerme alejado de la arena. Tragué demasiada durante el rodaje.

-¿Qué ha aprendido de ello?

-He confirmado que soy un tipo muy disciplinado, cada vez más. Siempre he sentido que si no tengo un don natural para algo, lo suplo trabajando más duro que los demás. Soy muy competitivo.

-Señor Reynolds, ¿tiene usted miedo a los espacios cerrados?

-No, tengo miedo a volar. Hace tiempo solía hacer paracaidismo. En realidad lo odiaba, sentía terror. Solo lo hacía solo porque lo hacían mis amigos. Un día salté y el paracaídas principal no se abrió. Afortunadamente, recordé el procedimiento para desplegar el secundario. Ese sí se abrió.