entrevista con el director

Isaki Lacuesta: "Ava amaba y odiaba Hollywood"

Isaki Lacuesta, en San Sebastián.

Isaki Lacuesta, en San Sebastián.

NANDO SALVÀ
SAN SEBASTIÁN

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-La noche que no acaba la ha producido un canal televisivo. ¿Es televisión o cine?

-Da igual. Lo importante para mí es que sea una película popular, que se pueda ver durante la sobremesa y en la que, a la vez, los cinéfilos puedan encontrar alicientes adicionales. Que narre la historia de Ava Gardner y la de España de la época pero también una parte de la historia del cine.

-Su vida se presta mucho al amarillismo. ¿Cómo evitó caer en él?

-Era necesario hablar de sus amoríos, porque son esenciales para entender quién era. Yo he tratado de buscar a la persona oculta tras el icono, y no es fácil. Esa creencia colectiva de que las vidas de los actores están reflejadas en sus películas no deja de ser una falacia, igual que nuestra esperanza en que a través del cine se puede resucitar a alguien. Nosotros lo intentamos, pero es imposible.

-¿Qué fue lo que convirtió a Ava Gardner en un mito de Hollywood?

-Precisamente su rebeldía y sus ganas de escapar de Hollywood, y ello demuestra la capacidad de la industria para fagocitarlo todo y convertirlo en mercancía. Las revistas publicaban que era una mujer díscola y promiscua, así que Hollywood le daba personajes díscolos y promiscuos. Ella tenía una relación de amor-odio con eso. Sabía muy bien a lo que estaba jugando cuando, por ejemplo, interpretó a una borracha en Terremoto.

-¿Cuál es su relación con el mito?

-Yo soy de Girona, y crecí escuchando historias sobre el rodaje de Pandora y el holandés errante en Tossa de Mar. Esas leyendas crearon la imagen que tengo de ella. Ahora he vuelto a ver no solo sus grandes películas, como La condesa descalza o La noche de la iguana, sino también las malas. Hizo mucha morralla.

-Una vez más, ha utilizado el cine para reflexionar sobre el cine mismo.

-Es inevitable incluso en películas no específicamente autorreflexivas. Cada vez que decides cómo filmas y cómo montas, estás reflexionando sobre el cine. Cada pintura habla sobre la pintura, todo escritor medita sobre la literatura por la propia forma de escribir. Mi cine no habla más sobre el hecho de hacer cine que, por ejemplo, Algo pasa con Mary.