TEATRO

'40 El Musical' calienta motores en Barcelona

Naím Thomas y Gisela encabezan el reparto del espectáculo basado en los éxitos de la cadena radiofónica 40 Principales, que llegará al Teatre Victòria el 9 de septiembre

El elenco de '40, El Musical', con el director, Miquel Fernández (en el centro con barba), el jueves en la Nau Ivanow, donde ensayan.

El elenco de '40, El Musical', con el director, Miquel Fernández (en el centro con barba), el jueves en la Nau Ivanow, donde ensayan.

IMMA FERNÁNDEZ / Barcelona

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Les ha tocado sudar la gota gorda este agosto, pero ellos están encantados. Llevan una semana afinando voces y músculos en la Nau Ivanow del barrio de La Sagrera. Son Gisela, Naím Thomas, Carlos Benito, Toni Viñals, Ivan Labanda... Son 13 cantantes-actores y 19 bailarines que calientan motores para el estreno, el 9 del 9, en el Teatre Victòria, de40 El Musical. Así es su pretemporada: intensas sesiones de entrenamiento con rondos de canciones, diálogos y coreografías.

Basado en los éxitos de la cadena radiofónica 40 Principales, el espectáculo hará doblete al mantenerse la versión estrenada el pasado año en el Teatro Rialto de Madrid simultáneamente con la de Barcelona, con distinto elenco y notables diferencias en la puesta en escena. Lo explica el director de ambas versiones, Miquel Fernández: «Aquí no habrá grandes elementos escenográficos como allí, y se jugará más con los efectos de luz y las imágenes proyectadas en enormes pantallas. Tendrá un formato de gran concierto, con una rotunda potencia del sonido».

CANTERA CATALANA // «Las canciones de tu vida se suben al escenario», reza el cartel promocional. En el ensayo, suena elBoys boys boysdel famosodespelotede Sabrina y las jóvenes bailarinas exudan sensualidad y descaro a la órdenes de Noemí Cabrera, la coreógrafa. Tanto ella como Fernández son catalanes, pero tocaron el cielo en la capital. Gracias al impulso de una Gran Vía que en los últimos lustros resplandece entre neones y melodías. «Si el trabajo está allí, qué voy a hacer. Sería estupendo que Barcelona recuperara la tradición de un género de la que fue pionera», conviene el joven director y actor, curtido en la cantera de Dagoll Dagom. Fuepirata, Poe, Jesucristo... y saltó a la dirección artística de la compañía Drive tras protagonizarHoy no me puedo levantar.

Siete músicos en escena interpretan, con sus arreglos, un repertorio que incluye a lo largo de tres horas un popurrí de estilos y medio siglo de recorrido. Un centenar de canciones (28 enteras y el resto, troceadas) que hilvanan el hilo musical de miles y miles de oyentes. Desde el primer éxito de la cadena, de The mamas & The papas, hasta elI gotta feeling, de Black eyed peas, con paradas enAmérica,de Nino Bravo,Soy yo,de Marta Sánchez... Y un par de injerencias locales:Boig per tu,de Sau, yBon dia,de El Pets. El libreto, urdido por el cineasta Daniel Sánchez Arévalo (Gordos), entrelaza varias historias trufadas con los ingredientes habituales del género: un triángulo amoroso, celos, traición, amistad... Hay notas cómicas y dramáticas, y moralina sin mayores pretensiones. Un divertimento que han visto 250.000 espectadores en la capital.

El protagonista es Joaquín, un chaval aficionado a las ondas que cuelga en la red un radioblog en el que detalla las andanzas de sus amigos. Y, claro, la arma. Lo interpreta Naím Thomas, cantante y actor, con 16 películas a sus espaldas. «Hago un poco como de maestro de ceremonias, como el deCabaret». Está enamorado de Sara, la novia de su hermano, que, a decir del propio Naím, aunque es «el tipo perfecto a simple vista, se guía más por las hormonas que por las neuronas».

Gisela es Sara, una «chica 10», a ojos de todos. «Tiene un gran corazón y muchos valores», resume la protagonista deBoscos endins y Aloma, que, asegura, ha tenido que explayarse «más que nunca en la faceta de actriz». Ella y Naím pasaron porOperación Triunfo, reclamo mediático infalible, pero el director aspira a que el público valore más su talento que su fama catódica. «En los musicales hay que hacer malabarismos. Hay que saber cantar, actuar y seguir el paso en el baile. Intentar que afloren todas las virtudes y esconder los defectos», apostilla Naím.