crónica

Melancólica Norah Jones

La cantante triunfa en el Festival de Peralada con su nuevo trabajo 'The fall'

Norah Jones, en el nuevo escenario del Festival de Peralada.

Norah Jones, en el nuevo escenario del Festival de Peralada.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
PERALADA

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Dulce, sensual, melancólica y siempre elegante, la voz aterciopelada de Norah Jones abrió el Festival de Peralada. Con el reubicado auditorio de la muestra lleno, el concierto gustó a un público entregado que aprobó la nueva propuesta de la artista neoyorquina asentada en The fall, un disco en el que se aleja del jazz.

Las guitarras eléctricas asumieron el protagonismo durante el recorrido por este trabajo que exhibe un pop-rock convulso y con canciones en las que alude a tristes estados de ánimo relacionados con sus experiencias vitales. Pero la hija de Ravi Shankar no se olvidó del piano a la hora de recrear algunos de sus pasados hits.

QUEJAS ATAJADAS / La velada no estuvo exenta de incidencias. El público aceptó la prescindible actuación de la telonera Sasha Dobson, guitarrista y voz del quinteto que acompaña a Jones. Sola con su guitarra, como una de esas artistas que oímos en el metro, cantó durante media hora. Pero si esto era pasable, lo que resultó inexplicable fue la larga pausa de más de 20 minutos dedicada a la afinación de instrumentos e instalación de los elementos del show.

Las protestas no se hicieron esperar, aunque bastó la aparición de Jones, ataviada con un vestido lila con falda abombada, para que se calmaran los ánimos. Empuñando la guitarra, atacó la romántica What am I to you? Un éxito reconocible para calentar el ambiente. Entró en materia y se puso más rítmica con Tell yer mamma y Light as a feather y otros cuatro temas de The fall. Un muy aplaudido Chasing pirates cerró esta tanda, para entrar en la senda del soul y el country y cantar la alegre Sunrise sentada al piano.

Un directo impecable, con los grandes músicos que le acompañan en esta aventura, enseñoreó la noche. Waiting, Back to Manhattan, Sinkin' soon y Man on the hour, dedicada a su perro, precedieron a la entretenida Stuck y Come away with me, de su primero y premiado álbum. Un precioso y bien coreografiado remate country, con How many times y Creepin' in, cerró una triunfal noche. «Gràcies per venir», dijo al despedirse.

Carles Santos cerró ayer el primer fin de semana de la muestra con Sis tenores i un senyor, concierto creado con Jordi Molina especialista en la tenora. Un hilarante diálogo entre este instrumento y la soprano Begoña Alberdi fue uno de los mejores momentos de la velada, que concluyó con el estreno de la primera sardana escrita por Santos. Antes Mario Gas recitó poemas de Miguel Hernández.