El festival de verano de BCN

Travesuras japonesas

El CCCB propone, dentro del ciclo 'Fast Forward', un sugestivo menú de 'performances' de la escena japonesa más creativa

TERESA CENDRÓS
BARCELONA

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Tiene 43 años, pero ni en broma los aparenta. Es japonés, se llama Nobumichi Tosa y podría pasar perfectamente por un adolescente travieso con gafas de enteradillo, aunque va impecablemente vestido con un mono azul de trabajo, de esos que usan los operarios en las cadenas de montaje. Mizushima Kazue, nipona también y de 46 años, posee una figura delicada, como de porcelana, y aire de maestra de escuela. Pero ni Nobumichi Tosa es empleado de Toyota ni Mizushima Kazue da clases en un cole repleto desupernenas. Ambos viven del arte. Eso sí, un arte sorprendente, casi naíf. Vean, si no. Él inventa robots que tocan y cantan y manipula artefactos con los que compone divertidasperformancesmusicales. Ella ha creado un maravilloso instrumento con cuerdas de seda y vasos de papel que suena como una orquesta entera. Y lo mejor de todo es que no hace falta viajar a Tokio para disfrutar de las travesuras artísticas de estos dos portentos. El Grec los ha programado, mañana y pasado, en el CCCB, dentro de programaFast Forward.

Nobumichi Tosa, que es un personaje muy popular en su país, presenta, por primera vez en España, su inclasificable ¿tal vez insólito sería el adjetivo más pertinente¿ espectáculoMechatronica. Unshowque firma como Maywa Denki, que es, en realidad, el nombre de la empresa que, en los años 60, fundó su padre ¿«un innovador loco», como lo define él¿ y que fabricaba componentes electrónicos.

Hace unas semanas, en Tokio, el propio Nobumichi Tosa explicaba a un grupo de periodistas catalanes por qué ha conservado para su compañía la marca Maywa Denki. «¿Acaso el arte no es también un producto?», justificaba mientras mostraba a sus invitados una exposición, en un centro comercial ¿sí, sí han leído bien, una especie de El Corte Inglés llamado Seibu¿ de sus artilugios futuristas. Piezas con una estética que recuerda un montón a la obra de HR Giger, el artista suizo que ideó las criaturas deAlien.

La misión de algunas de lasmáquinas, por nombrarlas de alguna manera, ygadgets ¿como el ingeniosootamatone, que ha seducido a la mismísima Alicia Keys¿ es clara: emitir sonidos. Otras, en cambio, «carecen de sentido», confirma, sonriendo, su creador. «Me gusta el sinsentido, porque la vida, de hecho, no tiene ningún sentido», zanja Nobumichi Tosa, que atribuye el éxito de sus cacharros entre sus conciudadanos, sencillamente, a que a los japoneses les gustan «los juguetes».

Sonidos del bosque

Igual lleva razón. Porque algo de juguete tiene también elstringraphy, instrumento inventado por la compositora Mizushima Kazue que consta de cuerdas de seda atravesadas por vasos de papel estratégicamente colocados para obtener melodías. Kazue diseñó elstringraphy con la idea de hacer emerger de él «los sonidos del bosque», comentaba la artista el mismo día del encuentro con Nobumichi Tosa, pero en la casa del barrio de Daitabashi donde su compañía, principalmente integrada por mujeres, ensaya por lo regular. Luego se dio cuenta de que con elstringraphy podía interpretar cualquier cosa: música clásica, pop, rock, canciones tradicionales japonesas..., y hasta catalanas. Vaya preparándose pues el público que acuda a ver su espectáculo,A Memory of forest, para escuchar una versiónsushi deEl cant dels ocells.La magnética bailarina Masako Yasumuto y elperformerFuyuki Yamakawa completan el ciclo dedicado a la escena alternativa japonesa. Una rara delicatesen.