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El gran Iquino

RAMÓN De España

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Se cumplen 100 años del nacimiento del cineasta catalán Ignacio F. Iquino y sigue sin rodarse la necesaria biopic sobre su atrabiliaria trayectoria humana y profesional, un producto que podría ser el equivalente español del Ed Wood de Tim Burton, no porque Iquino fuese el peor director del mundo -que no lo era, como demuestra su película El Judas-, sino porque su manera de enfrentarse a la industria del cine lo sitúa inevitablemente más cerca de Roger Corman que de Orson Welles.

Todos los que le conocieron -yo no tuve esa dicha- atesoran anécdotas colosales sobre el personaje: cómo rodaba deprisa y corriendo, cómo les levantaba las faldas a las actrices con el bastón en pleno casting, cómo era capaz de rodar un largometraje sobre el fundador de la Guardia Civil, el duque de Ahumada, e invertir el dinero sacado al franquismo en un par de cintas guarras para los países nórdicos, cómo medio ciego, hecho polvo y apoyado en el bastón impartía instrucciones coreográficas a los actores de su última obra, Yo amo la danza, que según él iba a ser el Flash-dance español...

Según mi difunto amigo Pepón Coromina, su mayor logro fue descubrir que la palabra corten conllevaba la pérdida de cuatro o cinco fotogramas, así que, para ahorrar material, la sustituyó por una interjección similar al lamento de un estreñido.

José Luis Dibildos, al que conocí pocos años antes de su muerte y que era uno de los tipos más simpáticos con los que jamás me he cruzado, me dijo en cierta ocasión que nunca se había divertido tanto como en la Barcelona de los años 50, cuando trabajaba con Iquino en los estudios cutres que este tenía en el Paralelo. Sé que otros lo recuerdan con menos agrado por su tendencia al chorreo y la chapuza, pero pocos en España han entendido tan bien la faceta industrial del cine como el inolvidable Iquino, quien puso en práctica como nadie el consejo que Dennis Hopper le dio a Isabel Coixet durante el rodaje de Elegy: «Entre rodar una película mala y no rodar ninguna, siempre hay que elegir la primera opción».