crónica

Ainhoa Arteta, a medio gas

La soprano reapareció tras ser madre cantando piezas de Albéniz y Granados

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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Hay pocas artistas que tengan el poder de convocatoria de Ainhoa Arteta. Capaz de unir su tirón musical con el de su popularidad mediática, atrae a un público aficionado pero también al que no se suele ver en los conciertos de clásica. Este fenómeno volvió a ponerse de manifiesto la noche del martes en el Auditori.

La cantante reaparecía tras su reciente maternidad y había tanta curiosidad por calibrar su momento artístico como para ver si había recuperado su estilosa figura. Nadie salió defraudado, a pesar de que la suya fue una reaparición a medio gas, marcada por la idea de encontrar la forma antes de enfrentarse a proyectos distintos a los de esta gira con la Orquestra de Cadaqués, en la que participa con un limitado repertorio en la primera parte.

Arteta fue calurosamente recibida cuando apareció con un vestido largo rojo con tirantes. Desde la localidad en la que nos ubicaron solo pudimos oírla de espaldas, sin garantías para valorar su estado vocal aunque sí para percibir la frescura canora que suele dar un descanso como el que ella ha hecho.

Segura y extravertida despachó las seis canciones italianas de de Albéniz, de entre las que destacó el desbordante final deMoriròy la exigenteUna rosa in dono. Tanto la artista como el director, Gianandrea Noseda, se adaptaron a los inspirados arreglos de Albert Guinovart, muy brillantes en las piezas de laSuite españoladel compositor de CamprodónCádiz,Asturias,CórdobayCastilla.

LO MEJOR, ‘ADAGIO ESPRESSIVO’ / Estas obras del nacionalismo musical, dirigidas por un vehemente y detallista Gianandrea Noseda, encontraron rápido eco. El director se mostró acelerado en laSinfonía número 2de Schumann, interpretada en la segunda parte y aplaudida contra lo que es habitual entre movimiento y movimiento por parte del público. Lo mejor fue elAdagio espressivo, cumbre romántica de la obra.

Arteta cerró su actuación con cuatro tonadillas de Granados. Brazos en jarras interpretóLa maja de Goya,El majo tímido,El tralalá y el punteadoyEl majo discreto. Dedicada a todas las Montse cantó su habitual propina,O mio babbino carode de Puccini. Ovación, flores y casi vuelta al ruedo.