Villatoro logra el Ramon Llull con una novela lírica sobre el Barça

El Barça en la final de la Champions de París del 2006 (1-2) con goles de Etoo y Belletti, los vínculos entre un padre y un hijo y cómo el sentimiento culé es capaz de influir en las relaciones humanas son los  ingredientes con los que el escritor, periodista y articulista Vicenç Villatoro (Terrassa, 1957) ha logrado ganar el partido más esperado de las letras catalanas. Ayer recibió en Andorra la Vella el Premi Ramon Llull, dotado con 90.000 euros, gracias a la novela Tenim un nom, título inspirado en el himno blaugrana (Tenim un nom, el sap tothom: Barça, Barça, Barça!).

Probablemente no exista mejor marco histórico que el del Barça de las seis copas para arropar esta novela, aunque, como puntualizó ayer Villatoro poco antes de recibir el galardón en el Auditori Nacional de Andorra, en Ordino, el libro «trata sobre el  Barça, pero no tanto sobre el equipo, la junta o el fútbol.  Se refiere más al sentimiento de ser del equipo. Usando el club como palanca he intentado narrar la realidad, la contemporaneidad». Así, lo importante no es tanto «lo que se juega en el campo como lo que ocurre en las casas donde hay una televisión» desde la que se sigue el partido.

REENCUENTRO FAMILIAR  / El Premi Ramon Llull, que este año cumple su XXX edición, es fruto del acuerdo del Gobierno andorrano con la editorial Planeta, que publicará la obra ganadora el próximo 4 de marzo. En la novela, que además de la edición catalana, será traducida al castellano y al francés, un padre que ha trabajado como  periodista durante años en el extranjero regresa a Catalunya y se reencuentra con su hijo adolescente. El padre se está muriendo y para retomar la relación con el hijo al que apenas ha visto desde que era un niño decide emprender un viaje con él a París, para asistir a la final del Barça. «Tenim un nom es una novela de padres e hijos pero también es una novela de mujeres, de madres, esposas e hijas, del mundo de las mujeres. Es una novela masculina porque los que se mueven son hombres pero las que esperan en casa son mujeres. Todos ellos son importantes», explicó el escritor.

«Muchos padres e hijos no sabrían de qué hablar en sus casas si no existiera el Barça», opina Villatoro, que en la novela consigue que sus personajes verbalicen sus emociones. Villatoro admite que no fue a la final de París aunque sí lo hizo uno de sus hijos, que le explicó la experiencia. «Pero sí acudí a la final de la Recopa en Rotterdam y eso me sirvió como experiencia para la novela», cuenta. «¿Por qué hablar del Barça en una novela? ¿Por qué no?», se pregunta retóricamente Villatoro. «¿Cómo es posible que un fenómeno que tiene tal importancia en la sociedad no haya sido hasta ahora motivo de novela?».  Se responde: «El Barça está en todas partes, sobre todo en este último año, en el que he escrito la novela. Era difícil  no verlo y no encontrarle su  interés narrativo».

LA EMOCIÓN COMO ARMA / Recalca el ganador del Ramon Llull que no se trata de un ensayo: «Es fácil escribir un ensayo sobre qué significa el Barça, pero una novela es un intento de comprensión emotiva. Y en modo alguno es una farsa. Es un libro hecho más a favor de la épica y la lírica que de la farsa».  Visiblemente emocionado por el premio, Villatoro expresó ayer su «infinita ilusión» no tanto por la lista de galardonados que le precedieron sino por «el momento personal» en el que ha elaborado el libro: «No es autobiográfico pero sí está vinculado a cosas que estaban pasando en mi vida».

Las influencias de la novela son diversas. Una es el reciente libro de John Carlin El factor humano, sobre el más épico partido de fútbol jugado jamás en  Suráfrica, cuya adaptación firmada por Clint Eastwood  llega ahora a los cines. Pero el referente «más claro es la novela El periodista deportivo, de Richard Ford, y el más raro, una canción del grupo Manel, A vegades ens en sortim.

«El Barça siempre es un fenómeno interesante pero empecé a verlo de una forma literaria cuando una editorial británica me encargó un libro de regalo sobre el club», cuenta.   Villatoro admitió que existe un vínculo claro y estrecho entre barcelonismo y catalanidad pero también le parece importante «el carácter aglutinador que es capaz de establecer dentro de la familia».