UNA ENTIDAD DE NOU BARRIS

El hogar regional nómada

Casa de Melilla, en el barrio de Porta, ha cambiado tres veces de sede desde que hace 20 años se fundó en Ciutat Vella

Unidos por el origen 8Interior de Casa de Melilla, ubicada ahora en el barrio de Porta.

Unidos por el origen 8Interior de Casa de Melilla, ubicada ahora en el barrio de Porta.

SÍLVIA ALBERICH

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En los años 90, un grupo de melillenses se reunían asiduamente en la estación de Sants para charlar y ponerse al día de lo que sucedía en su tierra. De esos encuentros surgió la idea de formar una entidad que reuniera a los oriundos de Melilla. "En Barcelona hay unos 6.000 melillenses y, en Catalunya, 15.000", matiza Rafael Vega, socio fundador y expresidente de la entidad. Así nació, en 1995, Casa de Melilla, que contaba aquel entonces con una veintena de socios.

La asociación se ubicó inicialmente en la céntrica calle de Ortigosa, en Ciutat Vella, donde permaneció un año. El número de socios iba creciendo, por lo que el espacio se quedó pequeño y tuvieron que trasladarse a un local más amplio en la calle de Provença, 102, cerca de la estación de Sants. "Allí surgió un grupo de teatro del que formaban parte una docena de socios", recuerda José Márquez, miembro de la entidad.

Cultura a raudales

También empezaron a organizar la Semana Cultural de la Casa de Melilla, en la que se celebran distintos actos relacionados con esa ciudad autónoma. "La semana empieza con un pregón y el sábado hacemos una salida cultural", explica Vicente Gómez, secretario de la asociación. Un concurso literario, un campeonato de dominó y otro gastronómico, así como exposiciones, presentaciones de libros y conferencias, tienen lugar a lo largo de esa semana, que se celebra en octubre y cuenta ya 14 ediciones.

El deporte, y en concreto el fútbol sala, ha sido uno de los puntos fuertes de la entidad, que mantuvo en activo un equipo durante casi una década. "Jugábamos en una liga con 12 equipos de distintas casas regionales", recuerda Vega. Ahora, Casa de Melilla se ha juntado con Casa de Cuenca y han formado un equipo con el que disputan una liga de fútbol sala.

Las exposiciones itinerantes también forman parte del amplio abanico de actividades de la asociación. "La mayoría son de fotografía y pintura, aunque también tuvimos una de pirograbado, que es una técnica en la que se usa fuego", precisa el expresidente, Melillense del Año 2017. Las excursiones mensuales tampoco faltan en su agenda.

El Día del Nieto-Abuelo, este mes, es otra de sus singularidades. "Los nietos homenajean a los abuelos con una actuación y luego hay merienda para todos", explica Márquez. También eligen al socio del año, una distinción que se otorga al miembro que más ha colaborado con la entidad, que recibe un pergamino.

En octubre del 2009, Casa de Melilla cambió de ubicación por el elevado alquiler que pagaban en Provença. La entidad se trasladó a su actual ubicación, en Nou Barris, donde estrenaron local y pagan una cuota mensual asequible. La casa ocupa los bajos de un bloque de pisos de alquiler para jóvenes y cuenta con un amplio bar, una biblioteca y una sala presidencial.

Modernismo

Su activa vida asociativa se refleja en el Boletín de la Casa, una publicación semestral. "También emitimos dos trípticos entre cada boletín para informar de lo que hacemos", precisa Rafael Fernández, otro miembro de la entidad.

Casa de Melilla, que cuenta con una sede en Caracas y otra en Jerusalén, ha mantenido casi fija la cuota anual de sus socios, que empezó siendo de unas 6.000 pesetas y ahora es de 43 euros. Lo que ha variado es el número de abonados, que llegó a superar los 300.

Los miembros de esta entidad destacan la gran similitud arquitectónica de Melilla con Barcelona. "Una gran parte de los 1.100 edificios modernistas que hay en nuestra ciudad autónoma fueron construidos por Enrique Nieto, discípulo de Gaudí", destaca Vega.

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