Tragedia tras las Fallas

SÍLVIA BERBÍS / TORTOSA -- GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Habían ido a pasar el día a Valencia, a ver las Fallas. Salieron a primera hora de la mañana del sábado de la plaza de Espanya de Barcelona un total de 275 estudiantes a bordo de cinco autobuses, 20 euros el billete de ida y vuelta, y anoche, tras la ‘cremà’, hacia las 3.30 horas, emprendieron el viaje de regreso a la capital catalana. Antes de las seis de la mañana, cuando ya tenían medio camino hecho, en el fatídico kilómetro 333, clavado en una recta al pie de Freginals (Montsià), se truncó el destino del autobús que cerraba el convoy y, con él, las vidas de 13 universitarias extranjeras de diversas nacionalidades, de entre 20 y 25 años, que viajaban a bordo. Una treintena de estudiantes resultaron heridos de diversa consideración. La mayoría estudiaban en diversas facultades de la Universitat de Barcelona y de otras universidades catalanas merced al programa europeo de intercambio de estudiantes Erasmus.

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Un volantazo del conductor tras rozar la valla de protección del arcén derecho desbocó el autocar hacia la mediana. El vehículo cruzó la calzada, saltó la mediana e invadió la calzada contraria, donde volcó, según el relato del 'conseller' de Interior, Jordi Jané, que apuntó inicialmente al factor humano como causa del siniestro. Fuentes próximas a la investigación apuntaron que la autopista carecía de vallas en la mediana y que muchos pasajeros del autobús podían viajar sin el cinturón de seguridad abrochado, circunstancias que habrían contribuido a empeorar la tragedia.

Volcado el autobús tras invadir la calzada contraria, colisionó contra él un turismo que viajaba en dirección sur. Los dos ocupantes del coche resultaron con heridas leves, igual que el chófer del autocar. 

En el autobús siniestrado viajaban 60 jóvenes de hasta 20 países, además del conductor. Treinta y dos estudiantes tuvieron que ser hospitalizados en diversos centros de Vinaroz, Amposta, Tortosa, Tarragona y Reus. A última hora de este domingo, quedaban 23 heridos ingresados en centros hospitalarios, de ellos seis en estado grave (dos en la UCI de Tortosa, uno en la de Tarragona y tres en hospitales del área metropolitana de Barcelona).

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Un equipo de 17 médicos forenses trabajó durante todo el día en el tanatorio de Jesús (Tortosa) para practicar las autopsias de los fallecidos, una labor que se practicó hasta entrada la noche. Los testimonios de compañeros y algunas fotografías permitieron identificar a las primeras víctimas. Otras, sin embargo, tendrán que ser identificadas cuando lleguen sus familiares. El hecho de que algunos de los estudiantes se intercambiaran de autobús al emprender el viaje de regreso –y otros 6 se quedaron en Valencia-, ha complicado las labores de identificación.

LARGA EXPERIENCIA

El conductor del autobús de la empresa Autocares Alejandro Tours, de Mollet del Vallés, tenía una larga experiencia al volante. Este lunes por la mañana prestará declaración ante el juez en Amposta tras hacerlo ayer ante los Mossos. Dio negativo en las pruebas de alcoholemia y drogas. “No existe certeza sobre las causas del accidente, se está investigando y será importante también lo que declaren las personas que viajaban en el autobús”, señaló el 'conseller' Jané tras haber apuntado, no obstante, a un descuido o error humano del chófer.

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Los estudiantes ilesos, y algunos que iban siendo dados de alta, acudían al hotel Corona de Tortosa, donde se instaló el centro de control. Allí les apoyaba un equipo de psicólogos de la Cruz Roja. “¡Ironías del destino, tenemos que decir que somos afortunados!”, explicó una de las jóvenes supervivientes cuando el rector de la UB, Dídac Rodríguez, se acercó a consolarla. “Se encuentran en la contradicción interna de saber que quizás quien viajaba a tu lado a muerto y tú te has salvado”, apuntó. “Esa es una reacción humana lógica”, admitió Lourdes Carrascón, psicóloga de la Cruz Roja. “Intentamos que puedan manifestar el susto que han sufrido, que pregunten y que nos expliquen lo que han vivido, ellos marcan los tempos”.

Los equipos de atención intentaban aportarles el cariño que anhelaban de unos familiares que se encontraban demasiado lejos. Los universitarios procedían de Hungría, Alemania, Suecia, Noruega, la República Checa, el Reino Unido, Italia, Perú, Bulgaria, Polonia, Irlanda, Japón, Ucrania, Holanda, Bélgica, Francia, Palestina, Turquía, Grecia, Nueva Zelanda y Finlandia.

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En otra ala del hotel, se sucedían las comparecencias políticas, entre ellas la del 'president', Carles Puigdemont; el 'conseller' de Salut, Toni Comín, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Algunas autoridades se acercaron al hospital de Tortosa para dar aliento a las víctimas. La Generalitat decretó dos días de luto oficial y en la Universidat de Barcelona se habilitó una sala para que otros estudiantes pudieran expresar sus condolencias. La asociación Erasmus Students Network, organizadora del viaje, ha convocado cinco minutos de silencio para este lunes a mediodía en todas las universidades.

UN PUNTO NEGRO

“Esto es escalofriante”, afirmó el alcalde de Freginals, Josep Roncero, muy afectado. Roncero afirmó que el tramo de la autopista en el que se encuentra el lugar del siniestro es un “punto negro” donde se suceden con frecuencia los accidentes. La empresa concesionaria Abertis admitió que el lugar había sido un punto negro, pero insistió en que dejó de serlo en el 2010, a raíz de unas obras de mejora del pavimento y la señalización. Desde entonces, según la compañía, sólo había habido otro accidente mortal antes de este. La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes-DIA ratificó la versión del alcalde y situó este punto entre los 1.314 tramos peligrosos de España.